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Coatzacoalcos: Impunidad y violencia desenfrenada, trabajador petrolero brutalmente asaltado y herido en pleno día

Coatzacoalcos, Ver. – La violencia en Coatzacoalcos no da tregua. Alejandro, un trabajador petrolero, fue víctima de un despiadado asalto que lo dejó gravemente herido. Este incidente, ocurrido en la colonia Puerto Esmeralda, no es más que otro ejemplo de la creciente inseguridad que azota al sur de Veracruz, y de la aparente incapacidad de las autoridades para proteger a los ciudadanos.

El brutal ataque ocurrió cuando Alejandro fue interceptado en la calle José Lemarroy por dos delincuentes. Los asaltantes, jóvenes y violentos, lo despojaron de su billetera, teléfono celular, y su vehículo. No satisfechos con el robo, lo apuñalaron, dejándolo malherido. Con el cuerpo ensangrentado, Alejandro logró llegar al restaurante KR, donde recibió atención de la Cruz Roja antes de ser trasladado al hospital de Pemex.

Pocas horas después, el vehículo fue encontrado abandonado en el fraccionamiento Maradunas, a solo 500 metros del lugar del crimen. Este hallazgo no es un alivio, sino una bofetada más a la seguridad en Coatzacoalcos. Los asaltantes no temen ser capturados; saben que las probabilidades de enfrentar la justicia son mínimas en un sistema de seguridad fracturado.

La respuesta de las autoridades fue predecible: agentes de la Policía Ministerial, Policía Estatal y peritos de Servicios Periciales llegaron al lugar, aseguraron el automóvil y prometieron una investigación. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta misma historia? La ciudadanía está cansada de promesas vacías y de un sistema que falla constantemente en garantizar su seguridad.

La violencia desenfrenada en Coatzacoalcos no es una novedad, pero cada incidente brutal como este es una prueba más de la impunidad con la que operan los criminales. La falta de una estrategia efectiva de seguridad es evidente, y los ciudadanos están pagando el precio con su tranquilidad y sus vidas.

Es inaceptable que en un municipio como Coatzacoalcos, donde la actividad económica y el trabajo duro deberían ser la norma, la violencia y el crimen se hayan convertido en el pan de cada día. ¿Cuántos más deben sufrir antes de que las autoridades tomen medidas reales? La población exige respuestas, pero sobre todo, exige acción. La seguridad no puede seguir siendo una promesa incumplida.

Redacción Reportaje Veracruzano

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