«La política de la desvergüenza: la candidatura millonaria de Carolina Galván»

En un capítulo que evidencia el retroceso a las prácticas más oscuras de la política mexicana, la candidatura de Carolina Galván a la presidencia municipal de Xico, Veracruz, se ha convertido en un escándalo de corrupción y tráfico de influencias que deja al descubierto las mañas del Movimiento Ciudadano en la entidad.
De acuerdo con fuentes confiables, la aspiración de Galván no se debe a un respaldo popular ni a un historial político intachable, sino a un cheque por dos millones de pesos, presuntamente financiado por su pareja sentimental, Toño Valdivia, actual presidente municipal de Cosautlán. Esta transacción no solo mancilla la credibilidad de las instituciones democráticas, sino que también refleja los intereses mezquinos de Sergio Gil y Luis Carbonell de la Hoz, líderes estatales de Movimiento Ciudadano, quienes, lejos de abanderar la transparencia y el cambio, actúan como mercaderes de candidaturas.
El regreso del priísmo disfrazado
Con esta jugada, el llamado «partido naranja» demuestra que ha heredado las peores prácticas de la vieja guardia priísta. La operación para imponer a Carolina Galván en Xico no solo atenta contra los principios democráticos, sino que también busca garantizar la continuidad de un grupo político señalado por saqueos, excesos y despotismo.
Un gabinete anunciado, una derrota anunciada
Lo que resulta aún más indignante es la lista de nombres que acompañan a Carolina en esta empresa: personajes como Ulises Chimal, descrito como un inepto con problemas de adicción; Sigfredo Lozada Vázquez, quien ya se autoproclama Secretario del Ayuntamiento, y Julián González, un hombre rechazado por el pueblo de Xico por su historial de controversias.
Un pasado turbio que Xico no olvida
Carolina Galván no solo carga con el desprestigio de una candidatura comprada, sino con un pasado que los habitantes de Xico recuerdan con amargura. Durante la gestión de su familia, se habla de un daño patrimonial de más de 20 millones de pesos. Además, su vida personal ha sido objeto de escándalos que involucran fiestas llenas de excesos en su hotel privado, consumo de alcohol y drogas presuntamente financiados con recursos públicos.
El clímax de esta trama llega con las acusaciones de su relación pasada con Raymundo Saldaña, a quien, según rumores, habría llevado a la ruina económica mientras protagonizaban un tóxico romance que mezclaba prepotencia y escándalos públicos.
¿Qué futuro le espera a Xico?
La imposición de Carolina Galván no solo es un insulto a los ciudadanos de Xico, sino también un claro recordatorio de cómo la política sigue siendo, para algunos, un negocio familiar lleno de impunidad y ambición desmedida.
Los xiqueños enfrentan una oportunidad única: alzar la voz contra esta candidatura impuesta y exigir un cambio real. Porque si algo queda claro con esta situación, es que el futuro de Xico no puede quedar en manos de quienes han demostrado no tener ni la capacidad ni la integridad para liderar.
La pregunta es: ¿hasta cuándo los ciudadanos permitirán que la política sea una pasarela de escándalos y corrupción?
Redacción Reportaje Veracruzano