¡Delincuentes con micrófono! Claudia Guerrero destapa red de extorsión mediática: denuncia a Pepe Ortiz y Pablo Jair por ser sicarios del poder

Por: Marco Antonio Palmero Alpírez
Reportaje Veracruzano
Veracruz, Ver.— En un acto de absoluta valentía que desnuda la podredumbre del seudoperiodismo veracruzano, la periodista Claudia Guerrero Martínez ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado a José Ortiz Medina y Pablo Jair Ortega, acusándolos de extorsión, daño moral y operar como sicarios mediáticos al servicio de corruptos. La denuncia no es ligera: viene acompañada de pruebas concretas y un audio que podría cimbrar las estructuras de complicidad entre la prensa vendida y el poder político.
Y es que lo que aquí se revela no es un simple diferendo entre periodistas. No. Se trata de una red de extorsión disfrazada de medio de comunicación, dirigida por sujetos que usan la pluma como arma de chantaje, el teclado como herramienta de destrucción moral, y el “periodismo” como fachada para delinquir sin pudor.
En un fragmento demoledor publicado en su columna Entre lo utópico y lo verdadero, Claudia Guerrero exhibe cómo José Ortiz Medina exigía pagos a empresarios para “bajar” publicaciones negativas de su portal, advirtiendo que de no cumplir con el pago inicial, la cuota mensual de silencio aumentaría el mes siguiente. Esto, simple y llanamente, se llama extorsión con fines de lucro utilizando un medio digital como escudo.
Pero la podredumbre viene de atrás. Guerrero señala que desde los tiempos de Javier Duarte —el gobernador que hundió a Veracruz en el lodo—, personajes como el exsecretario de Salud Juan Antonio Nemi Dib habrían financiado a Ortiz para difamar, amenazar y destruir la reputación de periodistas críticos. Se trataba de una guerra sucia bien financiada, donde los sicarios de la palabra tenían precio, ruta y blancos definidos.
¿Cuántos periodistas más han sido víctimas del chantaje sistemático de estos sujetos? ¿A cuántos empresarios han extorsionado para proteger a criminales políticos? ¿Cuánto dinero han cobrado por destruir vidas, reputaciones y trayectorias?
Este caso no puede, NO DEBE, quedar en la impunidad. Si la Fiscalía General del Estado de Veracruz se atreve a mirar hacia otro lado, se convertirá en cómplice directa de un sistema corrupto que ha permitido que los extorsionadores se sienten en mesas de prensa, cobren convenios oficiales y se disfracen de “comunicadores” para operar como verdugos a sueldo.
Aquí no hay medias tintas: o se defiende el periodismo real, o se protege a los delincuentes que lo han prostituido.
Desde Reportaje Veracruzano, exigimos justicia sin simulaciones. Que caiga quien tenga que caer. Y si este sistema judicial aún guarda una sola célula sana, hoy es el momento de demostrarlo.
Porque el verdadero periodismo no se alquila. Se defiende. Con pruebas, con valentía y con dignidad. Como lo está haciendo Claudia Guerrero.