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¡Corrupción y Censura! Presente Veracruz, el vocero de la farsa de los Gómez, silencia al pueblo y encubre el saqueo de Tihuatlán

Censura, corrupción y manipulación informativa al servicio de los Gómez

Tihuatlán, Veracruz es víctima de un descarado secuestro mediático. El periódico El Presente Veracruz, en lugar de informar con ética y veracidad, ha sido reducido a un simple panfleto propagandístico de la familia Gómez. Su único propósito: difamar y atacar a cualquier aspirante a la presidencia municipal que represente una amenaza a los intereses de Leobardo y Edwin Gómez.

Más que un medio de comunicación, El Presente Veracruz opera como un engranaje más del aparato de corrupción que domina el ayuntamiento. No es coincidencia que sus directivos figuren en la nómina municipal, recibiendo recursos públicos para silenciar los abusos de poder y venderle a la ciudadanía una falsa realidad.

La opresión en tiempos de Sheinbaum y Nahle

El reciente evento encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Rocío Nahle en Tihuatlán fue un claro ejemplo del cinismo y la represión que imperan en la administración local. Decenas de ciudadanos acudieron con pancartas denunciando el nepotismo de los Gómez y dejando en claro que Leobardo no es Morena, sino un oportunista disfrazado de guinda.

Sin embargo, en un acto de censura descarada, personal del gobierno retiró los carteles, sofocando la voz del pueblo y minimizando el abucheo dirigido al presidente municipal. La maquinaria de control mediático operó de inmediato: El Presente Veracruz ignoró deliberadamente la protesta, mientras otros medios financiados por el ayuntamiento hicieron lo imposible por disfrazar la realidad.

¿Quién es el verdadero enemigo del pueblo?

El problema en Tihuatlán no es un partido político ni un candidato en particular. El enemigo del pueblo tiene nombre y apellido: Edwin y Leobardo Gómez. Ellos han convertido el ayuntamiento en un negocio familiar, donde los recursos públicos sirven para enriquecer a unos cuantos y someter a quienes se atrevan a alzar la voz.

El control mediático que han impuesto en la región no es más que otro de sus mecanismos para perpetuar su poder. Pero la realidad es innegable: el pueblo de Tihuatlán está despertando y no permitirá que la presidencia municipal se convierta en una herencia familiar.

La pregunta es clara: ¿hasta cuándo seguirá el pueblo tolerando este abuso? Y más importante aún, ¿hasta cuándo el gobierno estatal y federal permitirán que la corrupción de los Gómez siga manchando la imagen de Morena en Veracruz?

Redacción Reportaje Veracruzano

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