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¡El gran fraude de la Policía Vial en Tuxpan! Un cuerpo ilegal, retenes extorsivos y corrupción en cada esquina

El director de la Policía Municipal maneja a discreción un grupo sin sustento legal

Tuxpan, Ver. – La Policía Vial de Tuxpan es un fantasma legal, un cuerpo inexistente en el Reglamento de Policía y Tránsito del municipio, pero plenamente operativo para extorsionar y llenar los bolsillos de unos cuantos.

Desde su implementación, este grupo ha generado dudas y sospechas, y con razón: su creación no está amparada en ninguna parte del reglamento municipal, lo que convierte su actuación en un acto de abuso de autoridad y violación flagrante al Estado de derecho.

Un cuerpo ilegal al servicio de intereses oscuros

El Reglamento de Policía y Tránsito de Tuxpan es claro: en el Libro Segundo, Capítulo Primero, Artículo 12, Apartado B, no existe mención alguna a la Policía Vial. Tampoco se le reconoce en el Libro Tercero, Capítulo Primero, Artículo 29. Y lo más grave: el Artículo 178 establece que solo los Agentes pueden sancionar, no un grupo fantasma creado a conveniencia.

Esto significa que todas las multas, sanciones y detenciones hechas por la Policía Vial carecen de sustento legal, lo que abre la puerta a una gigantesca red de corrupción, en la que los tuxpeños son las víctimas y algunos funcionarios los beneficiarios.

¿Quién está detrás de este fraude?

La Policía Vial no actúa sola. Se encuentra bajo el control absoluto del director de la Policía Municipal, quien ha convertido este cuerpo ilegal en un brazo operativo para extorsionar conductores, implementar retenes arbitrarios y llevar a cabo operativos de alcoholímetro que terminan en «arreglos» bajo la mesa.

Además, la Policía Vial fue creada durante la administración del exalcalde José Manuel Pozos Castro sin pasar por el Cabildo ni por la Gaceta Oficial de Veracruz, lo que hace de su existencia un monumento a la impunidad.

Retenes para extorsionar, no para proteger

Hoy en día, este cuerpo ilegal ya opera retenes en las entradas al puerto, supuestamente para aplicar pruebas de alcoholímetro, pero en realidad para fabricar infracciones y presionar a los conductores a pagar mordidas.

El mecanismo es claro: se inventan faltas administrativas, y aunque algunas terminan en la Policía Municipal, la mayoría se «soluciona» en el momento con pagos en efectivo a los elementos de la Policía Vial.

¿Quién frenará este abuso?

El pueblo tuxpeño exige respuestas. La creación de la Policía Vial fue una maniobra fraudulenta, y su permanencia es una burla a la legalidad y a los ciudadanos.

La pregunta es: ¿habrá voluntad para limpiar esta cloaca de corrupción o seguirá Tuxpan sometido a los intereses de quienes han convertido la seguridad en un negocio sucio?

Redacción Reportaje Veracruzano

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