LA SANGRE EN TUXPAN: VIOLENCIA IMPARABLE QUE REBASA A LAS AUTORIDADES

Tuxpan, Ver. – (23 de febrero de 2025). El terror se apoderó nuevamente de las calles de Tuxpan la noche de ayer sábado 22 de febrero cuando presuntamente un comando armado sorprendió a Rodrigo Hernández Santiago, coordinador de Tránsito Municipal con distintivo «Escorpión». Viajaba en una Jeep Patriot blanca, con placas del estado de Veracruz, acompañado de una mujer. A las afueras de la Farmacia Guadalajara, ubicada en la calle Cuauhtémoc, de la colonia del Valle, fueron brutalmente atacados a tiros. Ambos perdieron la vida tras momentos de sufrimiento, atravesados por las balas.

La escena fue posteriormente enasegurada por fuerzas del orden de los tres niveles de gobierno, quienes desplegaron un operativo conjunto en la zona. Sin embargo, el despliegue fue meramente protocolario: una vez más, las balas hablaron antes que las instituciones, dejando un saldo de muerte que se suma a la espiral de violencia en la región norte de Veracruz.

¿DÓNDE ESTÁN LOS RESULTADOS DE LAS MESAS DE SEGURIDAD?
Tuxpan, con su imponente base naval y presencia militar, debería ser un bastión de seguridad en la región. No obstante, la delincuencia organizada ha demostrado que no le teme a las fuerzas armadas ni a la Guardia Nacional. La violencia sigue escalando pese a las dos mesas de seguridad encabezadas recientemente por la gobernadora Rocío Nahle en la zona. Los homicidios, ataques armados y desapariciones continúan sin freno, mientras la ciudadanía se pregunta: ¿para qué sirven estos encuentros si la realidad en las calles no cambia?

El asesinato de Hernández Santiago y su acompañante no es un hecho aislado, sino una pieza más en el rompecabezas de terror que cubre al norte de Veracruz. La falta de resultados contundentes en materia de seguridad demuestra la inoperancia de las estrategias actuales. Mientras el crimen organizado marca su territorio con sangre, el gobierno sigue sin ofrecer respuestas concretas.
EL NORTE DE VERACRUZ: UNA ZONA TOMADA POR EL CRIMEN
La creciente violencia en el norte de Veracruz ha convertido a municipios como Tuxpan en escenarios de guerra, donde los cárteles disputan el control del territorio con total impunidad. Los habitantes viven con el miedo constante de ser las próximas víctimas de un ataque o quedar en medio de un fuego cruzado.

A pesar de la fuerte presencia de la Marina y las bases militares en la región, los delincuentes operan con una impunidad alarmante. ¿Qué está fallando en la estrategia de seguridad? ¿Por qué los delincuentes parecen ir un paso adelante de las autoridades? La respuesta parece clara: falta de coordinación efectiva, corrupción y un gobierno que sigue sin asumir su responsabilidad real ante la crisis de seguridad.
EL GOBIERNO ESTATAL Y FEDERAL EN DEUDA CON LA CIUDADANÍA
La población de Tuxpan y el norte de Veracruz exige respuestas. La administración de Rocío Nahle no puede seguir organizando mesas de seguridad sin ofrecer soluciones reales. La ciudadanía no necesita discursos ni reuniones políticas, sino acciones firmes que devuelvan la paz a sus calles.

El asesinato de un funcionario público de seguridad vial y su acompañante es un recordatorio de la vulnerabilidad en la que viven los ciudadanos, sin importar su rango o posición. Hoy, los tuxpeños se preguntan: ¿quién sigue en la lista de víctimas? ¿Cuánto más debe escalar la violencia antes de que las autoridades actúen con contundencia?
Este asesinato es solo un capítulo más de una saga de violencia que, de no tomarse con la seriedad debida, seguirá cobrando vidas inocentes en un Veracruz que, lejos de pacificarse, se hunde cada día más en la impunidad y el miedo.
Redacción Reportaje Veracruzano