¡Basta de impunidad! Fortín clama justicia por Pablo y exige la disolución de la Policía Municipal

Familiares, amigos y ciudadanos señalan a las autoridades por la muerte del joven pugilista
Fortín, Ver. – Indignación, rabia y dolor. Esos son los sentimientos que recorren las calles de Fortín tras el asesinato de Pablo, un joven boxeador y estudiante de Ingeniería Química, cuya muerte ha desatado una ola de protestas que pone en jaque a las autoridades municipales y a la Fiscalía General del Estado (FGE).

Hoy, a cuatro días de su muerte, su familia, amigos, compañeros de gimnasio y vecinos han tomado el Palacio Municipal exigiendo respuestas, mientras claman por justicia en medio de lágrimas y pancartas que gritan: «¡Ni un joven más!».
¿Policías asesinos? Ciudadanos exigen freno a los abusos
Entre las exigencias de los manifestantes, una resuena con fuerza: el fin de los operativos de la Policía Municipal con agentes encapuchados y patrullas polarizadas. Señalan que estas prácticas han sido utilizadas para sembrar terror en la ciudadanía y que ya no confían en quienes supuestamente deberían protegerlos.

La presión ha sido tal que el alcalde Gerardo Rosales Victoria ha prometido solicitar formalmente la disolución de la Policía Municipal para que la seguridad quede en manos de la Secretaría de Marina Armada de México. Sin embargo, para muchos, esto no es suficiente. Exigen justicia real y castigo ejemplar para los responsables de la muerte de Pablo.
Una comunidad de luto: homenajes y más protestas
El clamor por justicia no se detiene en las calles de Fortín. Hoy mismo, a la una de la tarde, compañeros de Pablo en el Tecnológico Nacional de México campus Orizaba (ITO) realizarán una manifestación en su honor. Se espera que estudiantes lleguen con carteles, pancartas, velas y flores, recordando al joven como lo que era: una promesa del boxeo y un futuro ingeniero químico que fue arrancado de la vida injustamente.

El silencio cómplice de la Fiscalía y la responsabilidad de Rocío Nahle
A pesar del creciente malestar social, la FGE sigue sin dar respuestas concretas. La gobernadora Rocío Nahle García ha sido llamada a intervenir, pero hasta ahora su administración ha guardado un sospechoso silencio.

La pregunta es inevitable: ¿protegerán a los responsables o finalmente harán justicia?
El pueblo de Fortín ha hablado. Pablo no murió en vano, y su memoria será el estandarte de una lucha que apenas comienza.
Redacción Reportaje Veracruzano