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Buscan al jurídico levantado tras emboscada a policías en Veracruz

El caso Octavio Utrera: La desaparición de un policía que el gobierno de Veracruz no quiere reconocer

Veracruz, Ver.- La violencia en Veracruz vuelve a exhibir la fragilidad de su aparato de seguridad y el hermetismo gubernamental. El ataque armado ocurrido el pasado 26 de marzo en la carretera Cardel-Nautla dejó un saldo oficial de dos policías estatales asesinados, pero un tercer involucrado, Octavio Utrera Barrera, permanece en un limbo de incertidumbre. Mientras la Comisión Estatal de Búsqueda emite una alerta para localizarlo, la gobernadora Rocío Nahle evita reconocer su desaparición y opta por el silencio.

Utrera Barrera, presuntamente parte del área jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), viajaba en la misma camioneta que fue emboscada. Testimonios en radiofrecuencia de la corporación indican que se bajó del vehículo en plena balacera y nunca más se supo de él. La posibilidad de que haya sido secuestrado es real, pero el gobierno prefiere no confirmarlo.

Silencio oficial y contradicciones gubernamentales

La gobernadora Nahle ha sido evasiva sobre este caso. Durante sus declaraciones, insistió en que solo dos policías fueron asesinados y que no puede dar más información “por respeto al debido proceso”. Sin embargo, el boletín de la Comisión Estatal de Búsqueda la contradice, pues claramente solicita ayuda para localizar a Utrera Barrera.

Esta falta de transparencia deja más preguntas que respuestas: ¿por qué el gobierno minimiza su desaparición? ¿Qué información tiene sobre su paradero? ¿Por qué presuntamente el delegado Perry de la SSP implicado en el caso recibió “vacaciones” en plena crisis de seguridad?

La SSP: una institución sin rumbo

El ataque en Cardel-Nautla no es un hecho aislado. Es el reflejo de un estado donde la estrategia de seguridad es errática y reactiva. Los ataques contra policías fuera de servicio evidencian que los grupos delictivos operan con inteligencia y conocimiento de los movimientos de las fuerzas del orden.

El mensaje es claro: si el propio gobierno no puede proteger a sus elementos, ¿qué pueden esperar los ciudadanos? La falta de una respuesta contundente y la negativa a reconocer hechos comprometedores solo alimentan la impunidad.

Mientras Rocío Nahle se toma fotos en eventos protocolares, Veracruz sigue hundiéndose en la violencia. La desaparición de Octavio Utrera Barrera no es solo un caso más; es la muestra de que el Estado ha perdido el control y, peor aún, que prefiere ocultarlo.

Redacción Reportaje Veracruzano

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