Ejecutan a exdelegado de Tránsito en un billar de Acayucan; la impunidad, otra vez, en el banquillo

Redacción | Reportaje Veracruzano
Acayucan, Ver.— La noche del lunes 21 de julio se tiñó de sangre en Acayucan con la ejecución de Santiago Bello Rico, exdelegado de Tránsito y Vialidad, ultimado a balazos al interior del billar “Acayucan”, ubicado en la calle Guerrero, casi esquina con Porfirio Díaz. A pesar de haber estado incapacitado durante varios meses, su pasado como funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no lo salvó del plomo.
Testigos narran que hombres armados irrumpieron en el local y, sin mediar palabra, abrieron fuego directo contra Bello Rico, quien murió al instante. El caos se apoderó del sitio: clientes corrieron despavoridos entre gritos y mesas volcadas. Una versión no confirmada indica que habría otra persona lesionada, pero hasta el cierre de esta edición, las autoridades no han ofrecido información precisa.
La escena del crimen permaneció desprotegida durante al menos 20 minutos, en lo que llegaron los primeros elementos de seguridad pública. Solo hasta la llegada de la Policía Ministerial, la zona fue acordonada para dar paso a las diligencias forenses.
Santiago Bello Rico dirigió la delegación de Tránsito de Acayucan por más de dos años, un periodo en el que fue blanco de críticas y señalamientos por presuntos actos de corrupción, aunque ninguna acusación prosperó legalmente. Su asesinato revive la inquietud sobre el clima de inseguridad que se respira en el sur de Veracruz, donde los ejecutores actúan con precisión quirúrgica y absoluta impunidad.
Hasta ahora, no hay detenidos ni líneas claras de investigación reveladas por la Fiscalía General del Estado. La pregunta de fondo permanece: ¿fue un ajuste de cuentas, una venganza personal o el silencio final de quien sabía demasiado?
Redacción Reportaje Veracruzano