¿Delincuencia organizada o medio de comunicación?: Presente Veracruz al descubierto

En el corazón petrolero de Veracruz, donde el aire vibra con el bullicio de la industria y los susurros del miedo, un medio de comunicación se ha envuelto durante años en el manto noble del periodismo mientras, presuntamente, orquesta una sinfonía de crímenes. Presente Veracruz, autoproclamado faro de la verdad en Poza Rica, enfrenta acusaciones que van más allá de titulares sensacionalistas: es un nexo de violencia, corrupción e impunidad que ha transformado a la prensa en una fachada para delincuentes.
Durante años, este medio y sus propietarios, la familia Villanueva, han bailado un vals macabro con el crimen organizado: sus oficinas acribilladas, sus vehículos incendiados y sus allegados encarcelados por actos atroces, todo mientras claman victimización ante un público harto de su farsa.

Las pruebas son abrumadoras, el patrón inconfundible. El 14 de diciembre de 2020, Antonio de Jesús Villanueva Vázquez, hijo mayor de Jesús Antonio Villanueva Hernández, Director de Presente, fue detenido junto a nueve cómplices por el secuestro de un hombre de 32 años oriundo de Cazones de Herrera. La víctima soportó 48 horas en una casa de seguridad en Gutiérrez Zamora, con un rescate de un millón de pesos pendiendo sobre su destino, hasta que una operación conjunta de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) desbarató el plan. Antonio, reportero de Presente, cumple ahora cuatro años en el penal de Papantla, una caída estrepitosa para quien alguna vez fue protegido por la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP).

Pero Antonio no es una excepción; es un síntoma. En junio de 2021, Enrique Lima Velázquez, alias «La Osa», otro reportero de Presente, fue capturado en el autohotel Vainilla de Poza Rica, acusado de retener a una persona por un rescate de 300,000 pesos. La operación, apoyada por fuerzas terrestres y aéreas, reveló una verdad escalofriante: la redacción de Presente es un semillero de secuestradores. No son errores aislados, sino hilos de un tapiz criminal tejido por una familia que ha convertido un imperio mediático en un escudo para la barbarie.
La osadía de los Villanueva alcanzó un nuevo pico el 8 de enero de 2024, cuando Luis N, otro hijo de Jesús Villanueva, y Beatriz N, su madrastra, acompañados de cuatro escoltas armados, protagonizaron un tiroteo en el estacionamiento de Plaza Crystal. Tres ráfagas de un arma de alto calibre perforaron una Toyota Avanza de un transeúnte, desatando el caos entre los compradores de Liverpool y Chedraui. Cuando la policía llegó —fuerzas municipales, estatales y de la Marina—, el grupo resistió, solo para ser sometido y llevado ante la Fiscalía General del Estado (FGE). Testigos narran las teatralidades de Jesús Villanueva, llorando lágrimas de cocodrilo y lanzando acusaciones infundadas de robo policial —primero 5,000 pesos, luego 10,000—, contradicciones que rozan el falso testimonio bajo el Artículo 247 del Código Penal. Sin embargo, en menos de 24 horas, la CEAPP intervino, liberando a Luis y Beatriz con una celeridad que apesta a favoritismo, debido a su amistad con el alcalde Fernando Luis Remes Garza y contubernio.

Esto no es una anomalía. La CEAPP, creada bajo el exgobernador encarcelado Javier Duarte, ha sido objeto de escrutinio por corrupción desde 2013. Reportes de Proceso y Al Calor Político detallan archivos desaparecidos, fondos malversados y una relación sospechosamente cercana con Presente, cuyos empleados han gozado de protección ministerial y Protección Federal pese a sus antecedentes.
La violencia que persigue a Presente es un reflejo de sus supuestos lazos con el bajo mundo. En agosto de 2015, sus oficinas en la Calle 2 de Abril fueron rafagueadas, sus vehículos quemados en un incendio de venganza. En noviembre de 2020, un Tsuru de la empresa fue baleado en Prensa Nacional, los atacantes huyendo en motocicletas. No son actos fortuitos, sino ajustes de cuentas, dicen fuentes internas: rupturas de alianzas podridas. Ricardo Villanueva, otro hijo, ofreció una rara ventana a este abismo tras su secuestro en abril de 2023 en un taller de Lázaro Cárdenas. Antes de ser liberado, señaló a su propia familia en un video de confesión, alegando que Jesús y los suyos traficaban marihuana por Tihuatlán y Poza Rica, con ocho kilos incautados en paqueterías días después. Los vehículos de Presente, afirmó, transportan armas y vigilan para los cárteles, un arsenal móvil disfrazado de prensa.
Sin embargo, los escándalos no cesan. Hace meses, un Dodge Charger con escoltas de Presente recorrió Ruiz Cortines a toda velocidad, torretas encendidas, antes de chocar contra un Chevrolet en Pozo 13. Los responsables huyeron a un estacionamiento de Oxxo, su reportero acompañante escapando en otro auto mientras las cámaras se acercaban: un atropello y fuga que recuerda el tiroteo de Liverpool en su arrogancia. No hubo arrestos, no se exigió rendición de cuentas. El silencio de las páginas de Presente es ensordecedor, una traición al público al que dice servir.
En Veracruz, donde 30 periodistas han muerto desde 2000 —convirtiéndolo en epicentro mundial del peligro para la prensa—, la saga de Presente es una anomalía grotesca. La complicidad de la CEAPP, la inacción de la FGE y el silencio temeroso de Poza Rica han engendrado un monstruo: un medio que no solo reporta las noticias, sino que las fabrica con sangre y balas.

La pregunta persiste, sin respuesta pero urgente: ¿Cuánto más tolerará Veracruz esta mascarada? Si el estado de derecho en México ha de significar algo, debe arrancar esta fachada, exponiendo a Presente Veracruz no como víctima de la violencia, sino como su artífice. Los ciudadanos de Poza Rica no merecen menos.
Cabe destacar que los escoltas de Protección Federal de Presente Veracruz han sido señalados por empresarios por ir por una cuota monetaria o extorsión para así dejarlos trabajar, asimismo políticos han sido objeto de extorsión por parte de los integrantes de este semanario como refieren afectados que por temor a represalias de los integrantes de Presente están en el anonimato.
Redacción Reportaje Veracruzano