El gran saqueo de SESVER: La danza de los millones y el contubernio de la impunidad

La cloaca de corrupción en los Servicios de Salud de Veracruz (SESVER) se ha destapado, y con ella, el hedor de los moches millonarios, las complicidades descaradas y la fuga de los saqueadores hacia nuevas trincheras de impunidad.
Los tentáculos de esta red corrupta alcanzan hasta la Ciudad de México, donde Karla Peregrina Bermúdez, la exdirectora de Infraestructura en Salud, encontró refugio en CENEGAS, bajo la protección de su socio, el exgobernador Cuitláhuac García. La misma Peregrina que salió huyendo de SESVER cuando su entramado de moches fue evidenciado, reaparece ahora como alta funcionaria en una dependencia federal infestada de aviadores y exfuncionarios de la misma calaña.
El saqueo no fue menor. Se han documentado al menos 212 millones de pesos en recisiones de obra derivadas de contratos otorgados a empresas incapaces de absorber el costo de los moches, que oscilaban entre el 25 y 30% del presupuesto asignado. Centros de salud y hospitales quedaron a medio construir, entre ellos el Hospital General de Nautla, un elefante blanco cuya inversión de casi 170 millones de pesos fue vendida como un “logro de la honestidad y el compromiso con la salud”.
Los operadores del saqueo
La estructura corrupta operaba con precisión quirúrgica. Los “cobra moches” fueron incrustados en puestos estratégicos para garantizar el flujo de sobornos. Raymundo Hernández Cruz, asesor y principal recaudador de SESVER, y Amado Guichard Bello, exsubdirector de Construcción, presionaban a los contratistas para financiar obras ajenas con tal de seguir recibiendo contratos. Pero la codicia superó la capacidad financiera de las constructoras, y las obras quedaron inconclusas.
El trabajo sucio de maquillar el desfalco quedó en manos de Guadalupe Mora Dorantes, quien en lugar de enfrentar responsabilidades, fue premiada con la continuidad en su puesto. Su misión: enseñar al nuevo titular de SESVER, Mauricio Olivares Millán, cómo seguir ordeñando el presupuesto con el mismo esquema de corrupción.
La ruta del dinero: propiedades y prestanombres
Las pruebas del enriquecimiento ilícito de Karla Peregrina son innegables. Entre sus múltiples propiedades, destaca una mansión sobre la Avenida Orizaba, con acceso a otra propiedad recién adquirida y en remodelación acelerada. Otras casas en Américas, Monte Magno y Progreso fueron adquiridas a través de prestanombres para ocultar su origen ilícito.
Pero el rastro del saqueo no termina en bienes raíces. Documentos y testimonios gráficos revelan la existencia de cuentas bancarias en paraísos fiscales, depósitos en efectivo y transacciones sospechosas que vinculan a Peregrina con contratistas beneficiados por su red de corrupción.
La complicidad de Cuitláhuac García
El cinismo alcanza su máxima expresión con la impunidad que gozan los involucrados. Cuitláhuac García, enterado de todo, no solo encubrió el saqueo en su gobierno, sino que les dio refugio a los principales operadores en la estructura federal.
El descaro es tal que, desde su nuevo puesto en CENEGAS, Peregrina sigue dando órdenes a funcionarios de SESVER como si su reinado nunca hubiese terminado. Los pocos cambios en la dirección solo fueron una farsa para intentar acallar las denuncias.
El saldo de la corrupción: salud en ruinas
Mientras los ladrones del erario se esconden tras el manto de la impunidad, miles de veracruzanos siguen sin hospitales, sin medicamentos y sin acceso a servicios de salud dignos. Lo que debía ser un presupuesto para salvar vidas, terminó en mansiones, autos de lujo y cuentas bancarias de funcionarios corruptos.
La pregunta es inevitable: ¿Quién los va a detener? ¿Quién va a castigar a los responsables de este saqueo descarado? Porque lo único claro hasta ahora es que la corrupción en Veracruz no solo no se detuvo, sino que mutó y encontró nuevas guaridas en el poder federal.
Redacción Reportaje Veracruzano