¿Estructuras preolmecas en Ixtaczoquitlán? Un hallazgo que podría reescribir la historia

Por: Marco Antonio Palmero Alpirez
Ixtaczoquitlán, Veracruz. En las profundidades de este municipio, entre vestigios arqueológicos ya documentados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha salido a la luz un enigma aún sin resolver: estructuras de piedra erguidas, con cortes precisos, que no corresponden a la arquitectura olmeca ni a ninguna otra cultura conocida de Mesoamérica.
El hallazgo, ubicado en las cercanías del Cerrito del Calvario, un sitio arqueológico donde se han encontrado cerámica y herramientas de origen olmeca, plantea la posibilidad de una civilización más antigua que pudo haber trabajado la piedra con una técnica aún desconocida.

¿Un pueblo anterior a los olmecas?
La hipótesis más intrigante sugiere que estas estructuras podrían pertenecer a una cultura anterior a la olmeca, la cual habría tenido conocimientos avanzados en el tallado de piedra. Esto choca con la narrativa tradicional de la arqueología mesoamericana, pues los olmecas son considerados la “cultura madre”, el punto de origen de las grandes civilizaciones del Golfo de México.
Sin embargo, la disposición y el tipo de cortes observados en estas piedras no encajan con la arquitectura olmeca. Mientras los olmecas construían plataformas de tierra y esculpían basaltos en formas colosales, estas estructuras parecen más cercanas a los menhires y dólmenes del Neolítico europeo o a los alineamientos de piedra que ciertas culturas mesoamericanas desarrollaron mucho después.
Piedra de coral y una intervención más reciente
Uno de los detalles más llamativos es que estas estructuras están formadas por coral fosilizado (posiblemente del género Tarbellastraea conoidea), un material presente de forma natural en la zona. Sin embargo, el descubrimiento de varias piezas de coral en su estado natural contrasta con estas piedras, que poseen cortes perfectos, lo que sugiere intervención humana.
Además, se ha identificado que hace varias decadas se intentó construir sobre estas estructuras, utilizando materiales como cemento. Esto indicaría que las generaciones más recientes ya conocían su existencia y trataron de reaprovecharlas, como ha sucedido en otros sitios arqueológicos de México.
Las preguntas abiertas
Este hallazgo abre una serie de cuestionamientos que la arqueología aún debe responder:
- ¿Quiénes fueron los responsables de levantar estas estructuras?
- ¿Es posible que en el Golfo de México haya existido una cultura anterior a los olmecas con conocimientos avanzados en el tallado de piedra?
- ¿Podría haber una conexión con otras estructuras desconocidas en la región?
Si la hipótesis se confirma, estaríamos ante uno de los descubrimientos más importantes de la arqueología mexicana en los últimos años. Las respuestas a estas preguntas podrían cambiar la comprensión de los orígenes de la civilización en Mesoamérica.
Por ahora, el misterio sigue en pie.
Reportaje Veracruzano