A 24 horas del secuestro en Poza Rica no localizan al presunto petrolero levantado ayer

A 24 horas del presunto secuestro de un trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Poza Rica, Veracruz, las autoridades no han reportado detenciones ni avances significativos en la localización de la víctima, mientras un operativo policiaco de gran escala continúa desplegado en esta ciudad petrolera del sureste mexicano. El incidente, ocurrido la tarde del martes 1 de abril, ha desatado alarma en una región ya marcada por la violencia y la inseguridad, exponiendo una vez más los desafíos que enfrenta el estado en su lucha contra el crimen organizado.
Según información preliminar obtenida por este medio, el secuestro tuvo lugar en el interior del Casino Obrero Petrolero, un punto de encuentro emblemático para los empleados de Pemex en la colonia Manuel Ávila Camacho. Testigos relataron que sujetos presuntamente armados abordaron a la víctima, cuya identidad no ha sido revelada por las autoridades, y la forzaron a subir a un vehículo desconocido. En el estacionamiento del casino quedó abandonada una camioneta Toyota RAV4 blanca, con placas XCJ-260-C, que se presume pertenecía al trabajador secuestrado. Los captores huyeron con rumbo desconocido, dejando tras de sí una escena que rápidamente desencadenó una respuesta masiva de las fuerzas de seguridad.

Tras el reporte al número de emergencias 911, se activó el protocolo de «Código Rojo», una medida de alerta máxima que movilizó a elementos de la policía estatal, federal y local, así como a personal de la Fiscalía General de Veracruz. El perímetro fue acordonado por fuerzas federales y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), mientras un perito criminalista realizaba una inspección inicial de la camioneta abandonada. A pesar de los esfuerzos, que incluyeron el cierre temporal de carreteras y patrullajes intensivos en la zona, las autoridades no han logrado dar con el paradero de la víctima ni identificar a los responsables.
«Hasta el momento, seguimos todas las pistas disponibles», informó una fuente oficial que pidió anonimato, dado que no está autorizada para hacer declaraciones públicas. «Las investigaciones continúan, y esperamos tener avances en las próximas horas». Sin embargo, la ausencia de detenciones y la falta de información concreta sobre el estado de la víctima han generado incertidumbre entre los residentes de Poza Rica, una ciudad que históricamente ha dependido de la industria petrolera como motor económico.
El caso se suma a una serie de incidentes violentos que han golpeado a trabajadores de Pemex en Veracruz, un estado que, según la organización Alto al Secuestro, lidera las estadísticas nacionales con 1,046 secuestros registrados entre diciembre de 2018 y junio de 2024. Apenas el pasado 24 de abril de 2024, una empleada de Pemex fue secuestrada en la misma ciudad, un delito que culminó con la detención de cuatro sospechosos. En esta ocasión, sin embargo, los perpetradores parecen haber eludido a las autoridades con mayor eficacia.

Información recabada en línea, incluyendo reportes de medios locales como Notiver, confirma que el secuestro ocurrió el martes 1 de abril y que la camioneta abandonada fue sometida a una pericial por parte de las autoridades. Aunque no se han divulgado detalles adicionales sobre la víctima o los motivos detrás del plagio, la naturaleza del incidente —vinculado a un empleado de Pemex— sugiere que podría estar relacionado con las dinámicas de extorsión y violencia que afectan a la industria petrolera en la región.
La población de Poza Rica, conocida como la «capital petrolera de México» en décadas pasadas, observa con preocupación el deterioro de la seguridad en una ciudad que alguna vez simbolizó la prosperidad del «oro negro». Residentes entrevistados en las inmediaciones del Casino Petrolero expresaron su frustración. «Esto no es nuevo, pero cada vez es más descarado», dijo María Elena, una comerciante local de 45 años. «Nos tienen olvidados».
Mientras las autoridades prometen redoblar esfuerzos en las próximas horas, el caso pone de relieve las tensiones persistentes en Veracruz, donde la riqueza petrolera contrasta con la creciente influencia del crimen organizado. Por ahora, el destino del trabajador secuestrado sigue siendo un misterio, y la presión recae sobre las fuerzas de seguridad para ofrecer respuestas en un contexto de escepticismo público. Este medio continuará siguiendo de cerca los desarrollos de esta investigación en curso.
Redacción Reportaje Veracruzano i