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Adanely Rodríguez y el Legado Envenenado del Pulpo en Poza Rica

Hoy, Janeth Adanely Rodríguez Rodríguez dio un paso calculado al registrarse como candidata a la alcaldía de Poza Rica ante el Organismo Público Local Electoral (OPLE). Pero su candidatura no marca el inicio de una nueva era, sino la prolongación de una pesadilla que los habitantes de esta ciudad petrolera conocen demasiado bien.

Rodríguez, exdiputada local y sombra inseparable del alcalde Fernando “Pulpo” Remes Garza, no representa un cambio, sino la garantía de que el poder seguirá en las mismas manos que han exprimido a Poza Rica hasta dejarla en ruinas. Este no es un simple registro electoral; es una declaración de intenciones que los votantes no pueden ignorar.



Promesas vacías, engaños reales

En las colonias de Poza Rica, donde las calles se oscurecen por la falta de alumbrado y el miedo se cuela por las ventanas, Rodríguez ha comenzado a desplegar su estrategia. Habla de terrenos, electrificación y servicios básicos, pero la realidad detrás de esas promesas es cruda. En Lomas de San Felipe, vecinos convocados para discutir la electrificación de su predio fueron emboscados por un acto de campaña sorpresa. Rodríguez apareció no como gestora, sino como candidata, desviando la reunión hacia un mitin político que dejó a los asistentes sintiéndose usados y traicionados.

Los habitantes que fueron reunidos para discutir sobre la electricidad en su colonia, fueron presentados por Adanely como militantes, en su acto desesperado de campaña.



Esto no es un error aislado, es un patrón. Cada palabra de Rodríguez está diseñada para despertar esperanzas que nunca se cumplirán, un eco de las tácticas que han mantenido a esta ciudad bajo el yugo de una élite corrupta.

Está reunión vecinal se convirtió en mitin de Adanely Rodríguez Rodríguez y se toma fotos con la gente para demostrar apoyo.



¿Cuántas veces más permitiremos que nos vendan ilusiones mientras la violencia, el desempleo y el colapso urbano se apilan frente a nuestras puertas?

El “Pulpo” y su heredera

Fernando Remes Garza no es un nombre que inspire confianza. Su administración ha sido un desfile de escándalos: contratos turbios, desvíos de fondos y una ola de violencia que ha transformado a Poza Rica de un bastión petrolero a un campo de incertidumbre. Desde que asumió en 2022, la ciudad ha visto secuestros de funcionarios, negocios extorsionados y una policía municipal señalada por corrupción y nexos oscuros.


En este caos, Rodríguez no es una outsider; es una cómplice. Como directora de Comunicación Social de Remes, encubrió sus desmanes. Como candidata, promete protegerlos. Su ascenso meteórico —de vocera a diputada plurinominal y ahora aspirante a alcaldesa— no es un cuento de esfuerzo personal, sino una transacción política. Remes, apodado “El Pulpo” por su control asfixiante sobre el municipio, la ha colocado como su escudo humano: una figura que mantenga su influencia intacta y sus secretos a salvo.

Si él no pudo detener el derrumbe de Poza Rica, ¿qué nos hace pensar que ella, su creación, lo logrará?

Traidores al descubierto

La candidatura de Rodríguez no solo apesta a imposición, sino a traición. Dentro de Morena, la militancia de base clama por haber sido ignorada en favor de una candidata ungida desde arriba, respaldada por la cúpula estatal y el propio Remes. Pero el golpe más duro viene de quienes alguna vez juraron defender a Poza Rica.



Regidores como Daniel Yáñez, José Jesús García y Mafer Salas, que antes alzaban la voz contra la corrupción de Remes, hoy se arrodillan ante su protegida. Soledad Rivera, Arturo Zavala y otros que prometieron un futuro diferente han vendido su dignidad por un lugar en esta farsa.

Este giro no es casualidad; es una advertencia. Si los que nos representaron ayer se rinden hoy, ¿qué nos espera mañana bajo el mando de Rodríguez? Una ciudad donde la lealtad se compra y la esperanza se negocia al mejor postor.

El peso de la verdad

Rodríguez quiere que olvidemos. Señala a gobiernos pasados como los villanos de la historia, pero los últimos seis años bajo Morena —con ella en el corazón del poder local— han sido un desastre sin paliativos.



La violencia que azota Poza Rica no es un recuerdo lejano; es el presente de Veracruz que Remes y sus aliados han construido. Ella no trae soluciones; trae excusas. Su campaña es un intento descarado de borrar las huellas de un régimen que ha saqueado el municipio mientras los ciudadanos pagan el precio en miedo y pobreza.

La decisión que no podemos eludir

El 1 de junio de 2025 no será solo una elección; será un veredicto. Permitir que Rodríguez gane es entregar Poza Rica a los mismos que la han destrozado, envueltos en una nueva sonrisa y un discurso ensayado.



Pero los votantes tienen el poder de romper este ciclo. No se trata de partidos ni de promesas; se trata de mirar a los ojos a quienes nos han fallado y decir “basta”.

Remes y Rodríguez cuentan con que el cansancio nos venza, con que la resignación nos mantenga en casa. Depende de nosotros demostrarles que están equivocados. Poza Rica no merece otro capítulo de esta tragedia. Merece líderes que enfrenten la realidad, no que la maquillen. El futuro está en nuestras manos, y el primer paso es rechazar a quienes ya nos traicionaron una vez.

Redacción Reportaje Veracruzano

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