Rocío Nahle, la gobernadora del ridículo: se rodea de bufones y sicarios mediáticos mientras Veracruz se hunde

Mientras Veracruz exige liderazgo, Rocío Nahle opta por el espectáculo grotesco: permite que un personaje sin credenciales, repudiado por el gremio periodístico, la elogie con discursos huecos que solo evidencian su incapacidad para gobernar.
Veracruz, Ver.— La política veracruzana ha tocado fondo. En un acto que quedará registrado en los anales del descrédito, la gobernadora Rocío Nahle permitió que un personaje sin trayectoria periodística, sin legitimidad profesional y ampliamente repudiado por el gremio —Ricardo Ramírez Juárez— subiera al escenario de su conferencia de prensa no para cuestionarla, sino para adularla como un bufón de corte, lanzando frases prefabricadas y absurdas que provocaron la burla colectiva de los verdaderos reporteros presentes.
Este “sicario mediático”, como ya lo llaman en múltiples círculos, ha sido señalado por su historial de ataques por encargo y por haber intentado —sin éxito— denunciar al senador José Francisco “Pepe” Yunes por amenazas inexistentes, denuncia que ningún medio serio retomó porque nadie en el gremio le cree. La reputación de Ramírez Juárez está tan por los suelos como la credibilidad de quienes lo aplauden o lo dejan hablar en público.
Y sin embargo, Rocío Nahle, quien dice aspirar a ser una figura presidencial, le abrió la puerta a este personaje. ¿Por qué? ¿Por desesperación? ¿Por ceguera política? ¿O simplemente por ineptitud?
Lo dicho por el “sicario bufón” retrata mejor que cualquier crítica la situación:
«Quieren revocar su mandato antes de que pueda demostrar lo que significa gobernar con visión social, con fuerza moral y con respaldo popular».
Es decir, hasta sus porristas admiten —sin querer— que Nahle no ha demostrado nada. Ni visión social, ni fuerza moral, ni mucho menos respaldo popular. ¿Cómo explicar entonces que un supuesto defensor termine por desnudar con tanta precisión la debilidad política de la mandataria?
La escena fue tan patética que provocó carcajadas entre los periodistas presentes. No por el ingenio del sujeto, sino por el esperpento de ver a una gobernadora sostenida por aduladores sin credenciales, mientras Veracruz padece inseguridad, crisis económica, corrupción en cascada y un creciente rechazo popular.
Señora Nahle: usted no necesita enemigos, ya tiene bufones que la hunden con cada palabra. El pueblo veracruzano merece una lideresa que se rodee de asesores, no de aplaudidores a sueldo. La historia no perdonará la comedia cuando lo que el estado necesita es seriedad, ética y resultados.
¿Este es el proyecto de transformación? Porque lo que se ve es puro circo.
Redacción Reportaje Veracruzano