“¡Criminal negligencia en Coatepec! Más de 30 estudiantes colapsan por golpe de calor y el director intenta bloquear ambulancias”

Redacción Reportaje Veracruzano
Coatepec, Veracruz. – Una tragedia apenas contenida y una indignación que arde más que el calor que sofocó a más de 30 estudiantes de la secundaria “Efrén Ramírez” en Coatepec. Padres de familia están exigiendo la inmediata destitución del director Ismael Pozos Pozos, luego de que sus hijos colapsaran bajo el sol inclemente durante una actividad escolar al aire libre, sin sombra, sin previsión, sin protocolos y sin humanidad.
Lo ocurrido no fue un accidente, fue un acto de negligencia institucional brutal que rozó el crimen. El jueves pasado, estudiantes fueron obligados a participar bajo temperaturas extremas, lo que derivó en desmayos masivos, vómitos y síntomas alarmantes de golpe de calor. Al menos uno de los menores vomitó sangre —sí, sangre— mientras docentes y autoridades del plantel actuaban con una frialdad que espanta.
Pero lo más atroz está por contarse: padres de familia denunciaron que cuando llegaron las ambulancias para auxiliar a los menores, personal de la escuela intentó impedir su ingreso. ¿Qué pretendían ocultar? ¿A quién querían proteger? ¿Por qué se privilegió la burocracia escolar por encima de la vida de los estudiantes?
“Hubo muchachos que vomitaron sangre y se encontraban mal, pero lo más grave es que no se les permitía el acceso a la escuela a las ambulancias”, acusaron padres visiblemente consternados y furiosos. Y con justa razón.
Solo gracias a la presión de madres y padres, algunas unidades médicas lograron entrar y trasladar a los alumnos a hospitales donde recibieron hidratación intravenosa, algo que difícilmente habría sido necesario si los protocolos de prevención hubiesen existido o si se hubiese actuado con responsabilidad desde el inicio.
El silencio oficial y la simulación
Aunque la delegada regional de la Secretaría de Educación de Veracruz, Silvia Ojeda, acudió a la escuela para “instalar una mesa de diálogo”, las clases continúan como si nada hubiese pasado, como si el colapso masivo de estudiantes fuera un suceso menor, una anécdota bajo el sol.
Mientras tanto, Ismael Pozos Pozos sigue al frente del plantel, intocable, respaldado por una estructura educativa que tolera la desidia y el abuso bajo el pretexto de “actividad escolar”.
¿Dónde están las sanciones ejemplares? ¿Dónde está la suspensión inmediata? ¿Qué más tiene que ocurrir para que las autoridades actúen?
Esta no es una nota más. Es un grito de auxilio y una advertencia. Porque la negligencia escolar mata. Porque el silencio institucional mata. Porque si hoy no se destituye a los responsables, mañana podríamos estar contando muertos.
Y entonces sí, será demasiado tarde para dialogar.