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La farsa de la seguridad: Policías municipales de Poza Rica y Papantla bajo la lupa por corrupción y abuso


En los municipios de Poza Rica y Papantla, Veracruz, la ciudadanía vive atrapada en un círculo vicioso de temor, indignación y desconfianza hacia quienes, en teoría, deberían protegerla: la policía municipal. Lejos de ser un bastión de seguridad, estas corporaciones se han convertido en símbolo de opresión, señaladas por la población como agentes de extorsión, abuso de poder y violencia sistemática.

Las denuncias, que resuenan tanto en las calles como en las redes sociales, no son simples rumores: son un grito colectivo que revela una verdad lacerante. En este contexto, movimientos como la Resistencia Veracruzana y la Resistencia Civil Pacífica de las Huastecas han alzado la voz, denunciando lo que muchos ya califican como un régimen de terror disfrazado de autoridad.


El caso José Miguel Santoyo Hernández: tortura y manipulación en Papantla

Uno de los casos más emblemáticos que ha sacudido a Papantla es el de un joven de aproximadamente 27 años, dedicado al procesamiento de hojas de maíz, detenido desde noviembre pasado bajo circunstancias que rayan en lo inhumano. Según testimonios recabados, José Miguel Santoyo Hernández, presunto elemento de la policía municipal, secuestró a la víctima junto a otro compañero durante la noche, sometiéndolo a una prolongada sesión de tortura desde las 9:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. del día siguiente.

Además de despojarlo de su dinero y acceder ilegalmente a sus cuentas bancarias a través de aplicaciones móviles, Santoyo le fabricó cargos falsos, acusándolo de portar armas blancas y sustancias ilícitas. El joven sigue privado de su libertad, mientras el único testigo fue intimidado hasta el silencio, dejando a toda una comunidad en estado de indefensión.

Este no es un hecho aislado. Las acusaciones contra Santoyo incluyen la contratación de falsos testigos para sostener sus narrativas fraudulentas, así como represalias directas contra quienes intentan organizarse en su contra. En un intento de protesta, los hojeros de la región se manifestaron, pero sus hogares fueron allanados y sus familias amenazadas.

La ciudadanía señala directamente al gobierno municipal de la autoproclamada “Cuarta Transformación” como cómplice de estas atrocidades, permitiendo que un presunto intocable opere con total impunidad bajo el amparo de sus superiores.


Poza Rica: extorsión a plena luz del día

En Poza Rica, la situación no es menos alarmante. Reportes recientes describen operativos de la policía municipal a bordo de las unidades PM-200 y PM-201, que interceptan a ciudadanos indefensos en pleno centro de la ciudad. Uno de los casos más indignantes involucró a un adulto mayor en bicicleta, despojado de su cartera y celular bajo el pretexto de una «revisión de rutina».

Cuando una activista intentó documentar el abuso, los elementos respondieron con amenazas, intentando arrebatarle el teléfono y amedrentarla con una detención arbitraria. Estas prácticas, lejos de ser excepcionales, se han convertido en norma dentro de una corporación que parece funcionar como una maquinaria de extorsión bien aceitada.

Las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Fernando Luis Remes Garza y la regidora Marisol Hernández Moreno, han sido señaladas por su inacción. En vez de sancionar a los policías corruptos, parecen tolerar —o incluso fomentar— un sistema en el que los ciudadanos son presa fácil de uniformados que actúan con arrogancia y desprecio por la ley.

La pregunta resuena en cada esquina: si quienes deben garantizar la seguridad son los primeros en violarla, ¿quién protege al pueblo?


La resistencia ciudadana: un grito contra la impunidad

Frente a este panorama, movimientos como la Resistencia Veracruzana y la Resistencia Civil Pacífica de las Huastecas se han convertido en bastiones de dignidad ciudadana. Integradas por pobladores hartos de los abusos, estas agrupaciones no solo denuncian la violencia policial, sino también la complicidad de un gobierno que, según sus propias palabras, “lanza piedras con manos embarradas de corrupción”.

Las redes sociales se han transformado en un campo de batalla donde la verdad confronta a la propaganda oficial. Publicaciones gubernamentales que buscan presentar a la policía como heroica son desmentidas rápidamente por comentarios que reflejan el sentir popular: una mezcla de rabia, cansancio y sed de justicia.

Los ciudadanos acusan al gobierno de la 4T en ambos municipios de montar campañas de desprestigio contra quienes se atreven a hablar, mientras protegen a figuras como Santoyo, descrito por algunos funcionarios como un “mal necesario” para salvaguardar los intereses de una élite local obsesionada con el poder y el dinero.

Pero la narrativa oficial se tambalea. “Ahora resulta que los victimarios son las víctimas”, se lee en una denuncia pública, evidenciando la hipocresía de un discurso que busca invertir los roles para silenciar las críticas.


Un llamado a la acción

Los pueblos de Poza Rica y Papantla no enfrentan solo a una policía descompuesta, sino a un sistema diseñado para perpetuar el abuso. La credibilidad de las instituciones está hecha trizas, y la confianza en las autoridades, pulverizada. Aun así, en medio de la desesperanza, la ciudadanía ha encontrado en la unidad una poderosa herramienta.

Como lo expresan las voces de la resistencia, el cambio está en manos del pueblo, armado con su dignidad y su credencial de elector, listo para “terminar de un solo tajo con su verdugo”.

Este medio exige respuestas claras y acciones concretas. ¿Hasta cuándo permitirá el gobierno municipal que sus policías actúen como delincuentes uniformados? ¿Qué medidas tomarán Remes Garza, Hernández Moreno y sus homólogos en Papantla para desmantelar esta red de corrupción? ¿O seguirán escondiéndose tras comunicados vacíos mientras la ciudadanía paga el precio de su indiferencia?

La última palabra, como bien señalan los papantecos, está en el pueblo. Y el pueblo, harto de promesas rotas, está listo para hacerse escuchar.

La impunidad no puede seguir siendo la norma.


Redacción Reportaje Veracruzano

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