Coatzintla en llamas: César Ulises y Gladys Sánchez, pillados en compra de votos y agresión a la prensa

Coatzintla, Veracruz, 29 de mayo de 2025.- En un acto que desenmascara el rostro más vil de la corrupción, una camioneta oficial del gobierno municipal de Coatzintla fue interceptada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Policía Estatal y agentes encubiertos, con una carga explosiva: montones de dinero en efectivo y credenciales de elector destinadas, según fuentes de seguridad, a comprar votos para Lorena López Velázquez, candidata del Partido del Trabajo (PT).
Al frente de esta operación ilícita estaba Gladys Sánchez Salas, esposa del alcalde con licencia César Ulises García Vázquez, quien, en un acto de cinismo sin precedentes, fingió un “levantón” para evadir la justicia. Pero el escándalo no termina ahí: la horda de operadores de César Ulises, en un intento desesperado por encubrir el delito, agredió y amedrentó al reportero Marco Antonio Palmero Alpírez y a otros periodistas, en una afrenta directa a la libertad de prensa que Coatzintla repudia con furia.
Un matrimonio de corrupción y violencia
El operativo, desencadenado tras la persecución de agentes encubiertos que detectaron movimientos sospechosos, expuso la podredumbre del régimen de César Ulises García Vázquez, un cacique que ha gobernado Coatzintla en tres ocasiones (2007-2009, 2014-2017, 2022-2025) bajo las banderas del PRD y Morena, dejando un rastro de saqueo, represión y traición.
La camioneta asegurada, identificada como vehículo oficial del ayuntamiento, era operada por Gladys Sánchez, conocida en el municipio como una figura influyente en el magisterio y cómplice inseparable de su esposo. Al verse acorralada, Sánchez montó una farsa de victimización, simulando un secuestro que colapsó ante la presencia de militares, policías estatales y municipales.
Sin embargo, el caos escaló cuando los aliados de César Ulises, en un acto de barbarie, empujaron y amenazaron a los periodistas presentes, destacando la agresión al valiente reportero Marco Antonio Palmero Alpírez, quien arriesgó su integridad para documentar la verdad.
Esta agresión no es un hecho aislado. Es un reflejo del modus operandi de César Ulises y Gladys: una pareja que ha convertido a Coatzintla en su feudo personal, usando recursos públicos para financiar campañas, comprar propiedades y silenciar a quienes los desafían. La ciudadanía, indignada, reprueba enérgicamente estas actitudes violentas contra Palmero Alpírez y la prensa, exigiendo que los responsables enfrenten todo el peso de la ley.
Un historial de infamia
César Ulises García Vázquez es sinónimo de corrupción. En 2024, el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) lo inhabilitó por dos años para contender por cargos públicos tras comprobar violencia política de género contra la síndica Eunice García García, quien denunció su acoso laboral y el desvío de recursos para beneficio personal y familiar.
El Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) ha señalado irregularidades en su gestión, incluyendo obras fantasma como el Centro de Salud Animal y proyectos mal ejecutados que han dejado a comunidades sin servicios básicos. Su administración arrastra laudos por 20 millones de pesos por despidos injustificados de 70 trabajadores, mientras él y Gladys se enriquecen con compras como un rancho de 12 hectáreas en Troncones y Potrerillos, valuado en 2 millones de pesos, que los coatzintecos consideran pagado con dinero público.
En 2014, César Ulises traicionó a familias de la colonia Mujer al avalar desalojos violentos, rompiendo promesas de regularización. En 2022, ignoró la demanda de ambulancias, dejando a una mujer accidentada sin atención por horas. Su tercer informe de gobierno, en diciembre de 2024, intentó pintar un Coatzintla próspero, pero los ciudadanos saben la verdad: comunidades olvidadas, drenajes inexistentes y un municipio endeudado por un alcalde que prioriza su riqueza sobre el bienestar colectivo.
Gladys Sánchez: de maestra a operadora de la impunidad
Gladys Sánchez Salas no es una figura secundaria. Su papel en esta operación de compra de votos, detectada por agentes encubiertos, la coloca como una pieza clave en la maquinaria corrupta de César Ulises. Su intento de fingir un levantón no solo es un insulto a la inteligencia de los coatzintecos, sino una confesión implícita de su complicidad.
¿Qué más oculta esta pareja? ¿Cuántas veces han usado camionetas oficiales para fines ilícitos? La protección de figuras como el exsecretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, ha permitido que César Ulises y Gladys actúen con impunidad, pero este escándalo podría marcar el fin de su reinado.
La prensa bajo ataque, la democracia en jaque
La agresión contra Marco Antonio Palmero Alpírez y otros periodistas es una declaración de guerra contra la libertad de expresión. Mientras intentaban documentar el aseguramiento, los operadores de César Ulises los empujaron, insultaron y amenazaron, en un intento burdo de ocultar la verdad. Este ataque no solo es un delito, sino una traición a los principios democráticos que Coatzintla merece.
Un grito contra la impunidad
Este escándalo, a días de las elecciones del 1.º de junio, es un atentado contra la democracia. La camioneta oficial, el dinero, las credenciales y la violencia contra la prensa son pruebas irrefutables de un sistema podrido que César Ulises y Gladys Sánchez han perfeccionado. Las autoridades de procuración de justicia enfrentan un ultimátum: investigar a fondo, sin complicidades, y esclarecer quién dio la orden, de dónde salió el dinero y hasta dónde llega la red de corrupción.
La sociedad de Coatzintla, harta de décadas de saqueo, no aceptará medias tintas.
César Ulises García Vázquez y Gladys Sánchez Salas han convertido a Coatzintla en un símbolo de la corrupción y la represión. La agresión a Marco Antonio Palmero Alpírez es la gota que derrama el vaso, un recordatorio de que este régimen no tolera la verdad.
La ciudadanía exige justicia, no solo por el intento de comprar votos, sino por los años de abusos, traiciones y enriquecimiento ilícito. Las instituciones tienen una oportunidad histórica para demostrar que nadie está por encima de la ley.
Coatzintla clama: ¡basta de César, basta de Gladys, basta de impunidad!
Redacción Reportaje Veracruzano