Hugo Chahín Kuri: El Rostro del Viejo PRI Que Quiere Tomar Orizaba por Herencia, No por Mérito

Detrás del discurso carismático y la sonrisa de candidato, se esconde la sombra de un poder enquistado, de manipulaciones electorales denunciadas y una dinastía que amenaza con convertir a Orizaba en un feudo político familiar.
Orizaba, Veracruz – Mayo 2025.
En tiempos en que los orizabeños claman por un cambio real, Hugo Chahín Kuri aparece como el epítome del continuismo político disfrazado de “renovación”. Su candidatura a la alcaldía por el PRI no representa un nuevo rumbo, sino el intento descarado de perpetuar un linaje de poder que lleva décadas beneficiándose del aparato municipal. Es, en realidad, una herencia disfrazada de elección.

Hugo Chahín Kuri, hijo del exalcalde Hugo Chahín Maluly y de la expresidenta del DIF Lizette Kuri, no llega solo. Trae consigo el peso de un apellido que por años ha controlado esferas del poder en Orizaba. Pretende tomar las riendas de la ciudad como si fuese parte del mobiliario heredado, y no producto del mandato ciudadano. Esta aspiración, respaldada por el actual alcalde Juan Manuel Diez Francos, ya ha sido impugnada por Morena, que denunció ante el OPLE presuntas violaciones a la equidad electoral. ¿El motivo? Un uso descarado de recursos públicos y estructuras municipales a favor del delfín priista.

¿Un plan para Orizaba? Solo el poder.
La campaña de Chahín Kuri ha sido una nube de frases emotivas, gestos medidos y promesas vagas. Periodismo sin Límites lo retrata con precisión: una figura que genera adoración entre quienes lo desconocen, y escepticismo entre quienes lo recuerdan. Porque tras su sonrisa pulida no hay propuestas reales, sino una estrategia emocional diseñada para hipnotizar a los votantes menos informados. Psicología electoral al servicio del engaño: el carisma como cortina de humo para ocultar la ausencia de visión, la falta de programa y la intención de seguir ordeñando al municipio.

El “nuevo PRI” con las mañas de siempre
Chahín Kuri es el caballo de Troya del cacicazgo priista en Orizaba. Su campaña está plagada de viejas prácticas: cooptación de estructuras, promoción anticipada con ayuda municipal y una narrativa hueca, respaldada por los mismos medios locales que se niegan a cuestionarlo. ¿Por qué? Porque el PRI en Orizaba todavía compra silencios y fabrica consensos a fuerza de presupuesto y promesas.

Los cinco procedimientos electorales abiertos por Morena ante el OPLE —aunque aún sin resolución— apuntan a una verdad incómoda: hay una red de poder operando tras bambalinas para instalar a Chahín sin importar la voluntad ciudadana. Su relación directa con Juan Manuel Diez Francos, señalado por aprovecharse del cargo para impulsar a su candidato, dibuja el mapa del viejo régimen que se rehúsa a morir.
Gestión en el DIF: mucha foto, poca solución
Durante su paso por el DIF, Chahín Kuri montó campañas publicitarias para presumir acciones sociales, pero dejó sin resolver graves problemas como la explotación infantil en bares y cantinas de la ciudad. Prometió sancionar, prometió proteger, pero a la fecha ningún responsable fue castigado. ¿Fue negligencia, o complicidad pasiva? Los niños siguen en las calles, pero Hugo ya está en campaña.

En 2023, durante su gestión, Orizaba enfrentó una de las peores crisis de dengue de la región. Aunque se activaron brigadas, no se logró contener el brote. La salud pública colapsó mientras el entonces presidente del DIF se limitaba a emitir comunicados sin un plan contundente.
La dinastía Chahín: ¿votar por el apellido o por el futuro?
La pregunta que debe hacerse Orizaba es clara: ¿seguirá siendo rehén de una familia que ha convertido la política en una empresa privada? El poder no puede seguir circulando entre padres e hijos como una herencia más. Chahín Kuri no representa el progreso; representa el retroceso, el reciclaje del pasado, la continuidad de una estructura que vive del erario y manipula el proceso democrático.
Advertencia a la ciudadanía: el peligro del voto cómodo
El rostro afable de Hugo Chahín es un anzuelo cuidadosamente diseñado para atrapar al votante apático, al ciudadano que se conforma con un bache tapado o una calle pintada. Pero el precio de ese voto fácil puede ser una administración autoritaria, cerrada, y al servicio de unos cuantos.

La verdadera transformación en Orizaba no llegará mientras los de siempre sigan gobernando.
Orizaba merece líderes con visión, no herederos de un trono. Merece propuestas reales, no slogans vacíos. Merece una administración con ética, no una red de favores entre familias y partidos.
Chahín Kuri no es el futuro: es el eco rancio del PRI que busca eternizarse con apellidos de abolengo y campañas maquilladas.
Votar por Hugo Chahín es votar por el pasado y también por los genocidas del PRI, que ya se atrincheraron en Orizaba, enmascarando sus verdaderas intenciones.
Redacción Reportaje Veracruzano