¡Irapuato, tierra de fosas! La barbarie enterrada frente a un campo de fútbol y el silencio cómplice del Estado

Por Reportaje Veracruzano
Irapuato, Guanajuato – En un país donde la muerte ya no se esconde, sino que se entierra a la vista de todos, México despierta —una vez más— con el rostro mutilado por la violencia. Esta vez, 17 cuerpos fueron exhumados de fosas clandestinas en la comunidad de Rancho Nuevo del Llanito, al norte de Irapuato, a escasos metros de un campo de fútbol, donde probablemente niños jugaron mientras debajo, el horror se descomponía en silencio.
¿Cuántas fosas más necesita Guanajuato para convertirse en sinónimo de impunidad? ¿Cuántos cuerpos más deben salir de la tierra antes de que alguien en el gobierno, federal o estatal, asuma responsabilidades reales?
La Fiscalía del Estado confirmó el hallazgo, pero lo hizo con el tono burocrático de quien narra un trámite: “No fue un hallazgo fortuito”, aseguraron, casi con orgullo, como si el descubrimiento de cementerios humanos fuera un logro institucional y no el reflejo del fracaso más absoluto en materia de seguridad, justicia y derechos humanos.
Entre los 17 cuerpos —11 hombres, 2 mujeres y 4 aún sin identificar— cinco estaban reportados como desaparecidos. Cinco familias que vivieron la tortura de la búsqueda, que caminaron oficinas, fiscalías y morgues, ahora tendrán que enterrar a sus hijos sin respuestas. Y las otras 12 víctimas, ¿de quiénes eran? ¿Dónde están sus nombres? ¿Quién los busca?
La finca donde se encontraron las fosas está a sólo 13 kilómetros de la cabecera municipal, en un lugar habitado, visible, cotidiano. Y sin embargo, nadie vio nada. Nadie escuchó nada. O peor aún: todos sabían y todos callaron.
Este hallazgo no es una excepción. Es el síntoma de un país enfermo donde los desaparecidos no son prioridad, y donde el crimen organizado sigue haciendo excavaciones sin ser molestado. ¿Y el gobierno de Guanajuato? ¿Dónde está el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo mientras su estado se desangra? ¿Dónde están las patrullas, los drones, los «resultados» de la estrategia de seguridad?
México se ha convertido en una fosa masiva y Guanajuato es su epicentro. La comunidad Rancho Nuevo del Llanito pasará a engrosar la lista de pueblos marcados por la violencia, esa que se arrastra desde hace sexenios, cubierta por discursos vacíos y conferencias matutinas donde todo parece estar bien.
Este no es un hecho aislado. Es el retrato descarnado del colapso institucional. Y mientras no haya justicia real, nombres, responsables y sentencias, estos cuerpos volverán a repetirse, en Irapuato, en Veracruz, en Guerrero, en todo México.
¿Hasta cuándo? ¿Quién sigue? ¿Cuántas fosas faltan?