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Silencio en El Edén: Orizaba enfrenta el abismo de una infancia rota

Por Reportaje Veracruzano – 10 de mayo de 2025

Orizaba, Veracruz – La tarde del viernes, una desgarradora escena congeló el pulso de una ciudad entera. En la colonia El Edén, donde el nombre sugiere armonía, la realidad mostró su lado más sombrío: una niña de apenas 10 años fue hallada sin vida en el patio de su casa. Todo apunta, hasta el momento, a un acto desesperado. Un suceso que nadie vio venir. Una tragedia que no admite consuelo.

Aproximadamente a las 2:00 p.m., la menor fue encontrada por sus propios familiares pendiendo de una cuerda, en lo que las autoridades investigan como un posible caso de su¡c¡d¡0 infantil. La pequeña jugaba minutos antes en el patio. Luego, la ausencia repentina. El hallazgo. El grito ahogado. La llamada urgente. Y después, la confirmación cruel de los paramédicos de la Cruz Roja: nada se podía hacer.

El domicilio, ubicado sobre la Avenida Oriente 15, entre Norte 24 y 26, fue resguardado por elementos policiacos que activaron los protocolos periciales, mientras la comunidad enmudecía ante lo inenarrable.

El cuerpo fue trasladado al SEMEFO, donde se le practicará la necropsia de ley. Las causas exactas de su muerte serán determinadas por especialistas, pero la pregunta que nadie puede responder con certeza es: ¿qué pudo llevar a una niña a ese umbral?

No hay carta. No hay testigos. Solo silencio. Un silencio que se multiplica en las aulas, en los hogares, en las redes sociales donde circula la noticia como un eco sombrío. Mientras tanto, psicólogos infantiles recuerdan lo que tantas veces se dice pero no siempre se escucha: los niños también sufren. También se quiebran. También piden ayuda… aunque no siempre lo hagan con palabras.

Este caso ha detonado una ola de reflexiones, reclamos y dolor. ¿Falló el entorno? ¿La escuela? ¿La familia? ¿El sistema? ¿Fallamos todos?

Orizaba, orgullosa de sus calles limpias, de su arquitectura y su orden, se ve hoy enfrentada a su propio espejo. Porque el verdadero desarrollo de una ciudad no se mide solo en obras, sino en cómo protege a los más vulnerables: sus niñas y niños.

En El Edén, una niña se fue sin ruido. Y dejó una ciudad llena de preguntas.

Redacción Reportaje Veracruzano

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