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Temu naufraga (literalmente): tus calcetas de panda y tu lámpara LED flotan en el Índico

¡Alerta de emergencia internacional! ¡Tu pedido de Temu se fue… pero al fondo del mar! Sí, aunque suene a broma de mal gusto, la mercancía que muchos esperaban con ansias desde China —esos organizadores de cajón, cortadores de verduras con 17 funciones, y fundas de celular con orejitas de gato— podrían estar actualmente flotando junto a los peces en el Océano Índico.

La tragedia con tintes tragicómicos ocurrió a bordo del buque MSC ELSA 3, que se inclinó peligrosamente 26 grados (como cuando uno trata de tomar una selfie sin tripié) y luego se hundió sin remedio a unas 38 millas náuticas del puerto de Kochi, en la India. ¿El motivo? Condiciones climáticas adversas, fuerte oleaje… y quizá también el peso emocional de tanta mercancía «de oferta limitada».

El barco transportaba nada más y nada menos que 640 contenedores llenos de productos de Temu, destinados a Sudamérica, con escalas previstas en países como Colombia. Con eso bastaba para surtir a medio continente de tapetes masajeadores, luces LED para el baño y tazas que cambian de color con la temperatura.

Aunque el drama logístico está en su apogeo, lo más importante: los 44 tripulantes fueron rescatados sanos y salvos por la guardia costera de la India. El único que no salió a flote fue el pobre ELSA 3, que ya descansa en las profundidades con una colección submarina de gadgets y esperanzas sudamericanas.

Las redes ya hierven con teorías: ¿fue Neptuno que ya se cansó de tanta importación barata? ¿O es que Temu quiso lanzar su nueva campaña de marketing: «Envío profundo gratuito»?

Por lo pronto, si usted hizo un pedido hace poco y ve que su seguimiento de envío lleva días sin moverse… es probable que no sea culpa del sistema, sino del océano.

Temu aún no ha emitido una declaración formal sobre la afectación específica de los pedidos, pero se espera que en los próximos días avisen si los productos serán reemplazados, reembolsados o simplemente honrados con un minuto de silencio.

Así que ya sabe: si esperaba su pedido con ansias… mejor vaya sacando una veladora, y si le llegó uno de los pocos productos que sobrevivió el tránsito por mar, ¡abrácelo como a un tesoro perdido!


Redacción Reportaje Veracruzano

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