Poza Rica en crisis: ola de secuestros sacude la seguridad y la confianza ciudadana

Por: Marco Antonio Palmero Alpírez
Reportaje Veracruzano
Córdoba, Veracruz — El municipio petrolero vive una de sus semanas más alarmantes del año tras una serie de secuestros que han dejado al descubierto la fragilidad del sistema de seguridad en el norte del estado. Cuatro personas han sido privadas ilegalmente de su libertad en un lapso de menos de 48 horas, desatando una ola de temor entre comerciantes, familias y trabajadores.

El más reciente de estos hechos ocurrió la mañana de este viernes 16 de mayo, cuando Horacio Aurelio M. H., un hombre ampliamente conocido en el ámbito restaurantero local, fue interceptado frente al restaurante de mariscos “El Pirata”, en la colonia Tajín. Según testigos, un grupo de sujetos armados descendió de una unidad y lo obligó a subir a la fuerza, dejando en shock a su esposa, quien lo acompañaba en ese momento.
El secuestro se ejecutó a plena luz del día y en una zona de alta circulación, evidenciando el descaro y la impunidad con que operan estos grupos delictivos. Hasta el cierre de esta edición, las autoridades no han emitido información oficial sobre los avances de la investigación ni han confirmado si existe alguna línea sólida de búsqueda.
Este caso se suma al ocurrido un día antes, el jueves 15 de mayo, cuando Miriam N., una joven de 24 años, fue sacada por la fuerza de un salón de belleza en la colonia Santa Elena. Según versiones recabadas por este medio, varios individuos fuertemente armados irrumpieron en el negocio y la subieron a una camioneta blanca que desapareció sin dejar rastro. Ni ella ni los responsables han sido localizados.

Ambos secuestros se dan en un contexto en el que la percepción de inseguridad en Poza Rica ha alcanzado niveles históricos. Vecinos de las colonias afectadas aseguran que los rondines policiales son escasos y que no hay una presencia real de fuerzas estatales o federales que disuadan la comisión de este tipo de delitos.
Los organismos de derechos humanos y colectivos ciudadanos también han expresado su alarma. “Poza Rica está sitiada por el miedo. La delincuencia organizada está marcando territorio y el gobierno parece no tener respuestas”, denunció una integrante del colectivo María Herrera, organización que, además, ha sufrido ataques recientes contra sus integrantes.
A pesar de las reiteradas promesas de las autoridades estatales sobre la pacificación de la región norte de Veracruz, lo sucedido esta semana refleja una dolorosa realidad: el crimen no sólo ha rebasado las capacidades del Estado, sino que ha impuesto una atmósfera de angustia que permea todos los sectores sociales.
Mientras familiares claman por el regreso de sus seres queridos, el silencio institucional continúa. La ciudadanía exige respuestas, justicia y garantías mínimas para vivir sin miedo. En Poza Rica, la noche no ha caído, pero el terror ya gobierna.