Un nuevo tribunal, viejas dudas: el desafío de romper el pacto de impunidad judicial en México

Por: Reportaje Veracruzano | 9 de mayo de 2025
Xalapa, Veracruz – Con la creación del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), México busca cerrar una de las heridas más profundas del sistema de justicia: la impunidad de jueces y magistrados. Sin embargo, la aspirante Fanny Lorena Jiménez Aguirre ha lanzado una advertencia crucial: mientras la percepción ciudadana continúe viendo al Poder Judicial como un terreno intocable y corrupto, ningún órgano será suficiente si no hay resultados visibles.
Jiménez Aguirre, actual magistrada del Tribunal de Justicia Administrativa de Jalisco, fue clara durante su intervención en Xalapa: «La ciudadanía percibe un Poder Judicial lejano, selectivo, costoso y hasta corrupto… y eso no se cambia con discursos ni con nuevas instituciones, se cambia con justicia aplicada y sanciones reales».
La incongruencia entre las múltiples quejas y el escaso número de sanciones efectivas contra miembros del Poder Judicial ha sido una constante. El TDJ nace precisamente para romper con ese patrón: sustituye al Consejo de la Judicatura Federal y promete autonomía técnica y de gestión. Sin embargo, como bien lo subraya la magistrada, no bastará con crear reglamentos o emitir comunicados. La clave está en que cada señalamiento tenga un seguimiento, cada denuncia tenga una respuesta y cada abuso tenga una consecuencia.
Por décadas, las quejas contra magistrados y jueces se han archivado sin transparencia. Las víctimas —ciudadanos, abogados, funcionarios— no saben si su denuncia fue ignorada, protegida o utilizada como moneda política. El nuevo tribunal deberá transparentar resoluciones, no como gesto de buena voluntad, sino como un deber con los justiciables.
Jiménez Aguirre también reveló que el TDJ estará compuesto por tres mujeres y dos hombres, lo que representa un avance simbólico, pero insuficiente si no se acompaña de voluntad política y rigor ético. “No se trata de quién esté en la silla, sino de qué se hace desde ella”, puntualizó.
Mientras tanto, su campaña continúa bajo el número 08 y el color verde menta. Pero más allá del color de su boleta, lo que importa es si este nuevo tribunal se atreverá a hacer lo que sus antecesores evitaron: romper con el pacto de impunidad que ha blindado a los corruptos con toga.
La justicia mexicana no necesita otro órgano; necesita una revolución moral interna. El Tribunal de Disciplina Judicial tiene frente a sí la oportunidad histórica de recuperar la fe ciudadana en el sistema. Pero esa fe no se pide. Se gana. Y se gana con hechos.