Veracruz en alerta: 32 municipios bajo la sombra de la violencia y la incertidumbre electoral

En un contexto de creciente violencia política y social, la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, ha reconocido que 32 municipios del estado se encuentran en «foco rojo» debido a altos índices de violencia. Esta declaración se produce en medio de un proceso electoral marcado por asesinatos de candidatos y una creciente preocupación ciudadana por la seguridad.
El reciente asesinato de Yesenia Lara Gutiérrez, candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec, junto con su hija y otras tres personas, ha conmocionado al estado. Este ataque, perpetrado durante una caravana política, se suma al homicidio de Germán Anuar Valencia, también candidato de Morena, ocurrido el 29 de abril en Coxquihui. Ambos casos reflejan la vulnerabilidad de los actores políticos locales frente a la violencia.
La gobernadora Nahle ha condenado estos actos, calificándolos como «terrorismo» y ha prometido que «todo el poder del Estado» se movilizará para garantizar elecciones libres y democráticas. Sin embargo, la eficacia de estas medidas está en entredicho, especialmente considerando que 57 candidatos han solicitado protección estatal y federal, y aún así, los ataques continúan.
Las estrategias de seguridad implementadas por el gobierno estatal incluyen la coordinación con fuerzas federales, la rotación de elementos policiales que no cumplen con los exámenes de confianza y campañas de desarme. A pesar de estos esfuerzos, la percepción de inseguridad persiste entre la población, y los índices de homicidios dolosos, aunque han mostrado una disminución, siguen siendo motivo de preocupación.
Además, la disolución de la Policía Municipal en Fortín, tras el asesinato de un joven por un elemento de la corporación, y la intervención de la Secretaría de Seguridad Pública, evidencian las profundas fallas en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad ciudadana.
En este escenario, la pregunta que surge es: ¿son suficientes las acciones emprendidas por el gobierno estatal para revertir la ola de violencia que azota a Veracruz? La ciudadanía exige respuestas concretas y resultados tangibles, más allá de declaraciones y promesas.
Con las elecciones municipales programadas para el 1 de junio, el tiempo apremia. La seguridad de los candidatos y de los votantes debe ser una prioridad absoluta. La democracia en Veracruz está en juego, y su defensa requiere acciones decididas y efectivas por parte de las autoridades.
Redacción Reportaje Veracruzano