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“¿Balazos o cuchilladas? — La verdad mutilada tras el triple homicidio de la familia Namorado en Tuxpan”

TUXPAN, VER., 21 de junio de 2025.—
Diez palabras bastaron para sacudir a la ciudad: «fueron apuñaladas, no baleadas». Con esa frase, la Fiscalía General del Estado (FGE) desmintió la primera versión que hablaba de ráfagas de armas largas y confirmó que Tania Namorado Ávila, su esposo Jaime Sánchez Rosales y la tía de éste, Magaly Rosales, fueron asesinados con arma blanca dentro de su vivienda en la calle Río Pánuco, fraccionamiento Jardines. La propia FGE habla ya de un crimen “de odio o pasional” y admite signos de tortura en los cuerpos.

Un parte oficial que contradice al primer reporte

19 de junio, 17:00 h. Vecinos oyen gritos, no detonaciones, y alertan al 911.

Minutos después: fuerzas federales y estatales irrumpen en la zona; los portales locales reportan “ejecución a balazos” y recuentan casquillos inexistentes.

Horas más tarde: la FGE descarta por completo los disparos y habla de múltiples puñaladas; añade que el vehículo familiar apareció abandonado en la congregación Juana Moza.

Esa discrepancia elemental —¿plomo o cuchillo?— evidencia un operativo policial que arrancó con ruido mediático y terminó con la verdad maniatada.

Las víctimas: apellido ilustre, investigación inmóvil

Tania era nieta del extinto ex procurador y ex alcalde Pericles Namorado Urrutia; Jaime, su pareja, ingeniero; Magaly, tía política y pilar económico del hogar. Los tres dejaron a dos niños huérfanos que esperaban a la salida de la escuela.

¿Líneas de investigación… o líneas de humo?

La FGE jura “seguir todas las vertientes”, pero hasta anoche no hay un solo detenido, un móvil sólido ni una cronología pública de los hechos. El parte interno filtrado a medios sólo menciona:

1. Conflicto familiar o pasional.

2. Posible venganza vinculada al apellido Namorado.

3. Privación ilegal de la libertad previa al asesinato. 

No hay mención a extorsión, cobro de piso ni a las denuncias de robo de tierras que han salpicado a poderosos en el puerto. ¿Por qué se desechan tan pronto esas rutas? ¿A quién conviene que se hable de “crimen pasional” y no de crimen organizado?

El silencio del alcalde y la indignación ciudadana

Mientras la indignación crece, el alcalde sustituto Jesús Fomperoza Torres guarda mutismo. Redes locales reprochan su ausencia: “¿Dónde está el presidente municipal?”, “¿Quién cuida Tuxpan?”.

Violencia en cascada: otro muerto dos días antes

Este triple homicidio no es un hecho aislado. El 17 de junio fue ejecutado Antonio Huesca Figueroa, director del CERESO de Tuxpan, y tampoco hay avances. La ola de asesinatos rompe cualquier narrativa de “control” que pregonan las Mesas de Paz.

Preguntas que la FGE no puede seguir evadiendo

1. Peritajes balísticos vs. forenses: ¿existen y dónde están los registros que descarten por completo armas de fuego?

2. Cámaras de videovigilancia: ¿por qué, con un C5 recién inaugurado, no hay una sola imagen de los agresores saliendo del fraccionamiento ni abandonando el vehículo en Juana Moza?

3. Vínculos patrimoniales: ¿investiga la Fiscalía los litigios por tierras costeras que involucran a ramas de la familia Namorado?

4. Protección a testigos: ¿qué garantías tienen los vecinos que escucharon los gritos y alertaron al 911?

Presunción de inocencia y exigencia de resultados

Ningún nombre ha sido judicializado; toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Pero la opacidad institucional sí es culpable de alimentar el miedo.

Que quede claro: las familias no necesitan otro boletín; necesitan justicia real y protección efectiva. Cada hora sin avances es otra puñalada —esta vez, al corazón de Tuxpan.

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