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Sin fosa clandestina, pero persiste el horror: ya son 12 los cuerpos hallados en El Castillo desde 2023

Xalapa, Ver., 21 de junio de 2025 — La aparente calma de las comunidades de El Castillo, Tronconal y Chiltoyac volvió a romperse este viernes. Una intensa movilización de corporaciones estatales y federales derivó en el hallazgo de un cadáver —el primero de este año— en un paraje ubicado entre cañales y potreros aledaños a El Castillo.

La alerta encendió el rumor de una nueva fosa clandestina, versión que rápidamente cobró fuerza en redes sociales y aplicaciones de mensajería. Sin embargo, la titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBP), Lutgarda Madrigal Valdéz, desmintió tajantemente la especie:

“No existe fosa clandestina. Lo que sí es cierto es que, de 2023 a la fecha, en esta misma zona han aparecido doce cuerpos. Hoy encontramos solo uno, a petición de un familiar que lo buscaba desde hace meses”, precisó en entrevista.

El georradar confirma un solo entierro

De acuerdo con Madrigal Valdéz, el operativo de este viernes incluyó el uso de georradar y equipos caninos especializados. El dispositivo confirmó la presencia de un solo punto de inhumación clandestina, donde personal forense de la Fiscalía General del Estado (FGE) exhumó los restos mortales. Los trabajos continúan para descartar la existencia de más entierros ilegales.

Contexto: un corredor de desapariciones

Aunque la funcionaria insiste en que no se trata de una fosa masiva, las estadísticas resultan inquietantes: doce cuerpos localizados en menos de dos años dentro de un radio de apenas diez kilómetros. Organizaciones de familiares de desaparecidos subrayan que la zona —enclavada a espaldas de la capital del estado— funge como corredor clave para delincuencia organizada por su cercana conexión con la salida a Naolinco y la autopista Xalapa–Perote.

Opacidad que alimenta el miedo

La CEBP declinó ofrecer la identidad de las víctimas; la ley obliga a que la FGE confirme los datos. No obstante, colectivos como “Familias Enlazadas por la Verdad” denuncian que esa reserva resulta cotidiana y que la celeridad en las confirmaciones periciales suele tardar meses, perpetuando la angustia de quienes buscan a los suyos.

¿Por qué persisten los hallazgos?

Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) consultadas señalan tres factores:

  1. Geografía rural y dispersa: caminos de terracería poco transitados facilitan maniobras de inhumación rápida.
  2. Baja presencia policial nocturna: los rondines se concentran en la capital y apenas tocan los ejidos periféricos.
  3. Silencio comunitario: la estigmatización —y el temor— disuade a vecinos de denunciar actividad sospechosa.

Exigencias de fondo

El hallazgo reaviva la urgencia de un plan integral de búsqueda y prevención:

  • Mapeo público de puntos rojos, con estadísticas desagregadas y actualizadas en tiempo real.
  • Patrullajes mixtos (SSP, Guardia Nacional y policía municipal) fijos en las brechas rurales.
  • Recursos forenses suficientes para agilizar identificación y entrega de cuerpos.
  • Protección efectiva a denunciantes y familiares, quienes a menudo son los primeros en llegar a los sitios de hallazgo.

Lo inmediato

La FGE abrió carpeta de investigación por homicidio doloso y trabaja en la identificación del cuerpo exhumado. Mientras tanto, expertos de la Comisión Estatal de Búsqueda regresarán con georradar durante el fin de semana para cubrir páramos contiguos y disipar la duda de posibles entierros adicionales.


La narrativa oficial descarta la existencia de una “fosa clandestina”; los colectivos prefieren hablar de un “punto de exterminio”. Sea cual sea la etiqueta, la cifra de doce cuerpos en menos de dos años confirma que, en las entrañas de la capital veracruzana, el horror sigue horadando la tierra y la confianza social por igual.

Redacción Reportaje Veracruzano

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