Aire cancerígeno en el sur de Veracruz: alerta sanitaria también amenaza a Poza Rica, histórica capital petrolera

Poza Rica / Coatzacoalcos, Ver.— El hallazgo de compuestos tóxicos y cancerígenos en el aire de la región sur del estado de Veracruz ha encendido las alarmas en toda la franja petrolera del estado. Un estudio conjunto entre la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Asociación de Productores Ecologistas “Tatexco” (Apetac) reveló niveles peligrosos de contaminantes en el aire de Coatzacoalcos, Minatitlán, Nanchital, Ixhuatlán del Sureste, Cosoleacaque y Mundo Nuevo. Sin embargo, el foco también se dirige hacia Poza Rica, ciudad hermana en el norte veracruzano, que comparte una historia y presente marcados por la actividad petrolera.
Contaminación invisible, amenaza real
Los investigadores identificaron en la atmósfera sustancias como benceno, tolueno, diclorobenceno y fenol. Estas sustancias, ampliamente utilizadas en procesos industriales, son reconocidas por sus efectos nocivos:
- Benceno: asociado a leucemia y cáncer, causa irritación respiratoria, fatiga y mareos.
- Diclorobenceno: daña hígado y sistema nervioso, posible carcinógeno.
- Fenol: altamente corrosivo, con efectos severos sobre la salud prenatal y órganos internos.
- Tolueno: neurotóxico, causa debilidad, confusión e insomnio.
Los síntomas reportados en las comunidades afectadas incluyen irritación ocular, ansiedad, náuseas, fatiga crónica y alteraciones del sueño. Niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son los más vulnerables.
Los investigadores planean ampliar el monitoreo ambiental, comparar los resultados con normas nacionales e internacionales y promover estudios epidemiológicos a largo plazo.
Poza Rica: la ciudad que nació del petróleo
A unos 300 km al norte de Coatzacoalcos, se encuentra Poza Rica de Hidalgo, una de las ciudades más importantes del norte veracruzano. Fundada oficialmente como municipio libre en 1951, su crecimiento se disparó tras el hallazgo de yacimientos petroleros en la década de 1920. El pozo «Poza Rica Número Dos» fue el punto de inflexión que convirtió a esta localidad en un eje estratégico de PEMEX y del desarrollo económico nacional.
Hoy, Poza Rica cuenta con más de 189 mil habitantes y forma parte de una zona metropolitana que supera el medio millón. Aunque el auge petrolero ha disminuido, la ciudad aún es un nodo económico, logístico y comercial vital. Dispone de aeropuerto, moderna terminal de autobuses, y mantiene una activa vida cultural.
¿Riesgo silencioso también en el norte?
Pese a no estar incluida aún en el estudio de la UNAM, Poza Rica comparte el mismo perfil industrial que Coatzacoalcos: ductos, plantas, actividad petroquímica, y una historia de escasa vigilancia ambiental. La posibilidad de que su aire también contenga compuestos tóxicos es real y urgente de investigar.
Y no solo el pasado petrolero contamina. A esto se suma la operación de la fundidora de aluminio Alumm Gar, una planta industrial ubicada dentro de la Central de Abastos de Poza Rica, una zona de alta afluencia comercial y densamente poblada. Vecinos y comerciantes han denunciado por años olores químicos, presencia de humo y cenizas metálicas en el aire, sin que hasta ahora haya una respuesta efectiva de las autoridades ambientales o municipales.
La ubicación de esta fundidora en un entorno urbano vulnera directamente a trabajadores, comerciantes y población civil expuesta diariamente a la emisión de partículas, vapores y residuos industriales sin filtros visibles ni mecanismos de control ambiental.
Un modelo de desarrollo en disputa
Lo que ocurre hoy en el sur y podría estar ocurriendo en el norte, cuestiona el modelo de desarrollo de ciudades petroleras como Poza Rica. La riqueza generada por el oro negro vino acompañada de una contaminación que, en muchos casos, no fue medida ni atendida. Hoy, con nuevas tecnologías de medición y una sociedad más consciente, se exige transparencia, justicia ambiental y salud pública como prioridad.
El futuro: entre la memoria del petróleo y la necesidad de aire limpio
Mientras se afinan los próximos estudios en Coatzacoalcos y municipios colindantes, Poza Rica no puede quedarse atrás. Las autoridades municipales, estatales y federales deben actuar con responsabilidad, iniciar mediciones serias de calidad del aire, atender las denuncias ciudadanas sobre la fundidora Alumm Gar, y garantizar el derecho de la población a un entorno seguro.
El petróleo definió la identidad de Poza Rica. Hoy, la urgencia es redefinir su futuro sin ignorar el derecho elemental a respirar sin miedo.
Redacción Reportaje Veracruzano