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HUERTA REVIENTA A MORRIS DE PACOTILLA: “PORRAS NI A SPARRING LLEGA”


Se recrudece la guerra interna en Morena; traiciones, oportunismo y discursos reciclados exhiben la podredumbre de la 4T en Veracruz

Por: Reportaje Veracruzano | Xalapa, Ver., 18 de julio de 2025

La lucha por el poder en Veracruz no tiene límites ni disimula la miseria política: en un nuevo capítulo de la guerra intestina de Morena, el diputado local Alejandro Porras Marín arremetió contra el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, llamándolo “traidor” por haber criticado el reemplacamiento y presuntamente aliarse con los Yunes. Pero la respuesta del senador fue demoledora: lo tachó de intrascendente, débil y de no servir ni como sparring.

“La 4T no necesita oportunistas, necesita convicción, trabajo y compromiso”, vociferó el excandidato perdedor a la alcaldía de Huatusco, quien —a pesar de su gris trayectoria— se atrevió a acusar a Huerta de haberle dado la espalda a Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle. Como si él, desde su escaño local, fuera un bastión moral del movimiento.

Porras, quien hace unos años aún aspiraba a ser algo más que un alfil desechable, hoy se presenta como paladín de la “lealtad”. ¿Pero lealtad a qué? ¿Al dedazo? ¿A las imposiciones? ¿Al silencio cómplice frente al desastre administrativo de la actual administración?

En respuesta, Huerta no se guardó nada:

“Es hasta chusco. Yo leí a Carlos Castaneda y el verdadero guerrero elige a sus oponentes. Él no llega ni a sparring. Lo que refleja es la debilidad de mis oponentes.”

Y remató señalando que Porras forma parte de un grupo que representa lo peor de la política simuladora, uno que “se opone a la lucha contra la injusticia, la corrupción y la opresión”.

¿Morena al borde del colapso?
Mientras desde Palacio Nacional se predica unidad y lealtad, en Veracruz las balas vuelan entre los propios miembros del régimen. Las declaraciones de Porras no son ingenuas: evidencian una línea dictada desde las alturas del obradorismo local que no tolera crítica alguna. Huerta, incómodo por su voz crítica, por su autonomía y por no arrodillarse ante Nahle, ha sido blanco sistemático de ataques disfrazados de “defensa de los ideales”.

Pero el pueblo no es tonto. El pueblo ve que los diputados como Porras están más interesados en agradar a sus jefes que en representar a la ciudadanía. Ven cómo se reparten candidaturas, cómo se acallan voces, cómo la traición no es señalar los errores, sino quedarse callado ante ellos.

¿Quién es el traidor verdadero?
¿El que señala el exceso del reemplacamiento como un golpe al bolsillo de los veracruzanos? ¿O el que guarda silencio ante el desastre financiero de Lima Franco, la corrupción estructural en Seguridad Pública y el abandono del campo?

Mientras se lanzan estos dardos entre ellos, Veracruz sigue hundido en la violencia, la pobreza y la desesperanza.

La 4T veracruzana está herida… por sus propios soldados.


Redacción Reportaje Veracruzano

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