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Motín en el penal de Túxpan: Alfonso Reyes «da la cara», pero el silencio de Rocío Nahle es ensordecedor

Por Redacción de Reportaje Veracruzano
Veracruz, Ver. – Lunes 4 de agosto de 2025

En una escena que parece sacada de un manual de control de daños, el secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Alfonso Reyes Garcés, apareció solo, sin acompañamiento, sin preguntas y sin respuestas, para confirmar la tragedia ocurrida en el penal de Túxpan: 8 muertos y 10 heridos tras un motín violento, incendiario y fuera de control. La gobernadora Rocío Nahle, hasta este domingo, permaneció en el más absoluto mutismo.

La breve aparición de Reyes Garcés el mediodía del domingo fue suficiente para lanzar el primer mensaje oficial sobre la peor crisis penitenciaria en lo que va de la actual administración. Dio los nombres de los reos muertos —algunos con alias o múltiples identidades—, leyó la lista de heridos y se retiró sin responder una sola pregunta.

¿Dónde está la gobernadora?

La ausencia de Rocío Nahle en este punto álgido marca un precedente incómodo. Es la primera vez en su gestión que un miembro del gabinete enfrenta, aunque sea brevemente, una crisis de esta magnitud sin que la mandataria haya asumido públicamente responsabilidad ni postura inmediata.

La estrategia del silencio le ha dado a su equipo unas cuantas horas de este lunes para pulir una narrativa oficial, pero también ha alimentado la sospecha, la confusión y la indignación. ¿Por qué no dio la cara la mandataria estatal? ¿Qué se intenta contener? ¿Y por qué los familiares aún no reciben información clara?

¿Qué pasó realmente en Tuxpan?

Los hechos, confirmados parcialmente, apuntan a un amotinamiento interno entre Personas Privadas de la Libertad (PPL) que dejó un saldo brutal:

  • 8 reclusos muertos, varios calcinados o golpeados hasta la inconsciencia.
  • 10 lesionados, algunos con quemaduras graves, internados en hospitales bajo vigilancia.

Los nombres, leídos como si fueran un trámite, revelan también la crisis de identidad institucional: internos con hasta tres alias, registros opacos, perfiles de riesgo ignorados.

Lista de muertos:

  • Edgar Luis Hernández Reyna
  • Elmer Leonel López López
  • Jesús Eduardo Espinoza Santiago
  • Edgar Estuardo Akajaban Lakan o Édgar Akajabón Laka
  • Fernando de la Cruz Moctezuma o Fernando Moctezuma
  • Roberto García Soto o Carlos Meneses García o Juan Carlos Mejía Soto
  • Erick Augusto Abad Morales
  • William Alexis Molina Cabrera (murió más tarde en hospital por quemaduras)

Heridos hospitalizados:

Lucas Zalazar Monroy “El Mojado”, Gonzalo Vargas Santiago, César Estuardo Abad Morales, Joselito Cruz Hernández, Roberto Carlos Leyva García, José Alberto López Martínez, Luis Francisco Zaragon Rivera, Luis Enrique Cristóbal Ramos, José Alfredo Jiménez Lozano, Joel Vázquez Ávalos.

Un discurso hueco

Durante su mensaje, Reyes Garcés aseguró que durante el operativo para recuperar el control del penal estuvo presente la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), “garantizando en todo momento el respeto irrestricto a los derechos fundamentales”.
¿Pero cómo concilia esta afirmación con el hecho de que uno de los heridos murió horas más tarde por quemaduras severas?

Familias sin respuestas, penal sin paz

A las afueras del CERESO de Túxpan, familiares exigen información, justicia, y saber si sus seres queridos están vivos. Muchos denuncian haber sido ignorados por las autoridades y se enteraron de los hechos por redes sociales antes que por canales oficiales.

La versión del gobierno es que el control fue reestablecido. Pero las versiones extraoficiales, provenientes de custodios y trabajadores del penal, indican que las tensiones entre grupos rivales llevan meses gestándose y que no se actuó a tiempo.


¿Y ahora qué?

La gobernadora Rocío Nahle hasta este domingo no se ha pronunciado sobre los hechos. Su silencio pesa más que cualquier discurso tardío. La ciudadanía merece respuestas, no voceros temporales. El gabinete puede leer listas, pero la rendición de cuentas es indelegable.

Este motín no solo dejó muertos: dejó expuesto un sistema penitenciario fallido, una autoridad que reacciona tarde y una administración que, hasta ahora, parece más interesada en contener la imagen que en enfrentar la verdad, cuando había al interior de ese «infierno» «demonios que fueron inmolados», probablemente para cambiar de bando.



Redacción Reportaje Veracruzano

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