ROCÍO NAHLE, AL BORDE DEL ABISMO POLÍTICO: SU GOBIERNO AHOGADO POR LAS INUNDACIONES Y SU POPULARIDAD SE DESPLOMA

Por Reportaje Veracruzano
Veracruz / Ciudad de México — 20 de noviembre de 2025
Veracruz se inunda, su gobernadora también. Lo que comienza como agua en las calles se convierte en un tsunami político, y Rocío Nahle García, lejos de capear el temporal, parece desbordada. Según el más reciente ranking de gobernadores de Mitofsky, su aprobación se desplomó hasta el 41.7 %, colocándola en el fondo de la tabla y reclamando para sí el endiablado título de “peor gobernadora del país”.

Caída libre: de 49.6 % a 41.7 % en solo un mes
La caída es brutal y vertiginosa. En un solo mes, Nahle perdió 7.9 puntos de aprobación pública.
Poco más de un año atrás parecía haber construido una base sólida, pero las lluvias torrenciales que azotaron al norte de Veracruz dejaron cicatrices políticas profundas, y su gestión de la crisis ha sido evaluada como desordenada, lenta y desconectada.
En contraste, la caída en la popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum también se nota, pero con otra magnitud: pasó de un 75 % a un 69.8 %.
Con eso, la brecha entre ambas se amplía. Si en septiembre Sheinbaum tenía 25.4 puntos sobre Nahle, hoy la diferencia se eleva a 28.1 puntos.
Mitofsky no tiene pelos en la lengua
En su último reporte, la encuestadora apunta directamente a la responsabilidad de Nahle:
“Rocío Nahle […] presenta una aprobación de apenas 41.7%, la menor en lo que va de su gobierno […] y eso se le puede asignar a la mala gestión de crisis tras las inundaciones en su estado (Veracruz).”
Ese golpe no es solo simbólico: es un juicio público, una condena política y un llamado urgente a la rendición de cuentas.

Agua que no se seca, reputación que se ahoga
Las inundaciones fueron solo el detonante visible. El verdadero problema está en la incapacidad para convertir la piedad en acción, el discurso en resultados y la emergencia en programa.
- Los damnificados reclaman apoyos, protocolos y recursos.
- La población exige claridad.
- La oposición exige responsabilidades.
- Los medios examinan cada cifra, cada promesa y cada segundo de retraso.
Y en medio del caos, una gobernadora que parece estar dando bandazos, sin estrategia clara, sin transparencia suficiente y con una popularidad en caída libre.

¿Qué viene ahora para Nahle?
- Evaluaciones más duras: su refugio político se debilita si sigue sin mostrar resultados.
- Riesgo de desgaste anticipado: bajar casi 8 puntos en un mes no es una simple corrección, es una señal de alerta roja.
- Presión institucional: Mitofsky ya colocó la lupa sobre ella, y la ciudadanía también la pone sobre el agua estancada.
- Oportunidad para adversarios: quien capitalice su caída, podría convertir su debilidad en fuerza propia.
Conclusión:
Rocío Nahle prometió gestión, empatía y liderazgo ante la crisis. Lo que ha entregado parece insuficiente: una administración ahogada por las inundaciones, calificada por muchos como la peor en el país, y una reputación que ahora flota en aguas turbulentas.
Si no reacciona, su mandato podría quedar marcado no solo por las lluvias… sino por la absoluta falta de poder para detener su propia caída política.
Redacción Reportaje Veracruzano



