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Carretera colapsada y ganado muerto: la fallida estrategia del Gobierno contra el gusano barrenador enciende la rebelión ganadera en el sur de Veracruz

Redacción | Reportaje Veracruzano

La indignación ganadera estalló y tomó la carretera federal 180 Cárdenas–Coatzacoalcos, donde productores, acopiadores y comerciantes de Chiapas, Tabasco, Veracruz y Campeche bloquearon el paso este martes, denunciando un crimen silencioso: animales muertos dentro de las jaulas, pérdidas millonarias y un Estado ausente que responde con burocracia a una plaga que sigue avanzando.

El operativo contra el gusano barrenador, impuesto por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), lejos de frenar la infestación, está matando al ganado antes de llegar al mercado. Los inconformes revelaron que las unidades cargadas permanecen detenidas hasta 48 horas frente a la caseta zoosanitaria del Paralelo 18, un infierno de espera que termina en la asfixia y muerte de los animales, y en números rojos imposibles de sostener.

Nos han retornado camiones enteros porque un solo animal resultó infestado, pero lo peor es que mientras nos encierran en la trampa burocrática, el ganado muere. Las pérdidas ya son insostenibles”, denunció Juan Carlos Cruz Méndez, presidente de la Asociación Ganadera Local de Ixtacomitán, Chiapas.

La protesta no fue un simple plantón: los ganaderos atravesaron un tráiler cargado de reses en la carretera y paralizaron totalmente el tránsito. Decenas de kilómetros de vehículos quedaron varados, una postal del colapso provocado por la ineficacia institucional.

Los números que circulan entre los inconformes son demoledores: entre 20 y 30 mil pesos en pérdidas por cada tráiler, a lo que se suman revisiones, pagos a veterinarios, medicamentos y retrasos en los embarques. “La estrategia de Senasica no sirve. Lo único que puede detener el gusano barrenador es la liberación inmediata de moscas estériles. Todo lo demás son parches que solo nos hunden a nosotros”, sentenció René Azueta, productor tabasqueño.

Lo más grave: mientras la autoridad presume “protocolos sanitarios”, los ganaderos aseguran que los contagios siguen extendiéndose. La pregunta es brutal: ¿de qué sirve paralizar la economía pecuaria si la plaga no se detiene?

La protesta, que mantuvo la carretera bloqueada durante horas, no se levantará hasta que acuda al lugar Gabriel Ayala Borunda, director general de Salud Animal de Senasica, a dar la cara. La exigencia es clara: o el gobierno federal corrige una estrategia que califican de “criminal”, o el campo ganadero del sureste seguirá desangrándose, con muertos en las jaulas y familias quebradas en sus ranchos.

El gusano barrenador ya no solo devora al ganado. Está devorando la paciencia, la dignidad y la economía de todo un sector.


Redacción Reportaje Veracruzano

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