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La farsa presupuestal en Salud: más de 600 despidos “por austeridad” mientras se abren plazas a otros


Xalapa, Ver. – En Veracruz la tragedia laboral se escribe con cinismo. Más de 600 trabajadores de la Secretaría de Salud han sido despedidos bajo el pretexto de la “falta de presupuesto”, pero al mismo tiempo se contrata a nuevos empleados para cubrir exactamente los puestos que ellos ocuparon durante años. ¿Qué clase de austeridad selectiva es ésta?

La tarde de este lunes, en plena Plaza Lerdo, la indignación se desbordó. Camilleros, enfermeros y trabajadores de base eventual con más de una década de servicio continuo denunciaron haber sido desechados como si fueran piezas obsoletas. Carlos Ortiz y Emilio Sabdiel Estudillo, voceros de la protesta, señalaron la brutal contradicción: mientras a ellos les niegan la renovación de contrato, otros entran por la puerta trasera con nuevas contrataciones.

Los testimonios ponen nombre al atropello: Hospital Civil “Dr. Luis F. Nachón”, Centro Estatal de Cancerología (CECAN), Centro de Alta Especialidad (CAE), Asilo Sayago… instituciones donde el personal despedido sostuvo los turnos más pesados, los servicios más olvidados y las emergencias más duras, hoy los han borrado de nómina sin previo aviso.

El argumento oficial es grotesco: “no hay presupuesto”. Pero los trabajadores replican con una verdad incómoda: sí hay dinero para sustituirlos, no para reconocer su antigüedad ni dignificar sus derechos laborales.

Este no es un caso aislado. En mayo ya se habían registrado más de 100 despidos bajo la misma excusa, lo que eleva la cifra a más de 600 familias golpeadas por la incertidumbre y el desprecio burocrático.

La exigencia de los manifestantes es clara: la intervención inmediata de la gobernadora Rocío Nahle García. Sin embargo, el silencio oficial es ensordecedor. ¿Cómo justificar que se destrozan carreras de más de 10 años mientras se abren vacantes con criterios oscuros?

El problema trasciende lo laboral: se está vulnerando la capacidad operativa de hospitales y centros de salud en un estado donde la crisis sanitaria nunca ha sido atendida de fondo. ¿Quién cargará con la responsabilidad cuando falten manos para trasladar enfermos, atender emergencias o sostener guardias?

En Veracruz, la salud pública parece atrapada en un doble discurso: austeridad para los de siempre, privilegios para los allegados. La protesta de este lunes es apenas el inicio de una espiral que podría dejar al descubierto lo que ya muchos sospechan: la Secretaría de Salud opera bajo criterios de amiguismo, recortes selectivos y simulación presupuestal.


Redacción Reportaje Veracruzano

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