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Poza Rica bajo fuego: ¿quién controla realmente la ciudad tras la masacre en “La Brocheta”?

Poza Rica, Ver. – La noche del lunes quedó marcada a sangre y fuego en la colonia Cazones: dos empleados del restaurante-bar “La Brocheta” fueron ejecutados y el gerente resultó gravemente herido en un ataque armado que, más que un hecho aislado, exhibe el rostro del terror que gobierna la vida nocturna y comercial de Poza Rica.

El ataque no fue una riña ni un asalto improvisado: fue una ejecución planeada con armas de alto poder, a escasos metros de la transitada avenida 20 de Noviembre, en el corazón de una ciudad que supuestamente está blindada por Ejército, Guardia Nacional, Policía Estatal y Municipal. La pregunta es inevitable: ¿cómo puede ocurrir un ataque de esta magnitud sin que las autoridades siquiera se enteren antes de que la sangre corra?

El saldo mortal

Las víctimas fueron identificadas como Roberto “N” (22 años, gerente del negocio) y Aida Rene “N” (40 años, mesera con apenas una semana de haber ingresado). Ambos murieron acribillados en el lugar. El tercer trabajador, Alberto “N” (37 años, encargado del bar), sobrevivió de milagro pese a recibir entre cinco y ocho impactos de bala; hasta el cierre de esta edición, se debate entre la vida y la muerte en un hospital.

Una ciudad sitiada por la impunidad

Vecinos narraron que el estruendo de las balas retumbó por varios minutos y que, tras la huida de los sicarios, la colonia Cazones quedó envuelta en pánico. En paralelo, fueron arrojados ponchallantas en calles aledañas, una táctica típica de grupos criminales para frenar la reacción de las fuerzas de seguridad. ¿No es esto un mensaje directo de poder y control?

El despliegue oficial fue tardío y, como siempre, reactivo: primero llegaron policías municipales y estatales, después Ejército, Guardia Nacional, SEMAR y ministeriales. Pero para entonces los asesinos ya habían borrado su rastro. El patrón se repite: llegan después, acuerdan la zona, levantan cuerpos y casquillos… y la impunidad queda sembrada.

La investigación en entredicho

La Fiscalía General del Estado aseguró el establecimiento y abrió carpeta de investigación. Sin embargo, los antecedentes pesan: en decenas de casos anteriores, ni las víctimas tuvieron justicia ni los agresores fueron capturados. La pregunta es clara y brutal: ¿se atreverá la Fiscalía a ir más allá de la simulación o veremos otro expediente empolvado en los archivos?

El trasfondo: negocios nocturnos bajo fuego

“La Brocheta” no es el primer centro nocturno atacado en Poza Rica. En los últimos años, bares, cantinas y restaurantes han sido escenario de extorsiones, balaceras y ejecuciones. Detrás de estos negocios se mueve un submundo de cobros de piso, ajustes de cuentas y disputas por el control territorial que todos conocen, pero que las autoridades maquillan con comunicados huecos.

La pregunta que nadie responde

¿Quién manda en Poza Rica? Porque los hechos demuestran que no es la alcaldía, ni la Policía, ni la Fiscalía. El verdadero poder parece estar en manos de grupos armados que operan con absoluta libertad, dejando a los ciudadanos entre el miedo, la resignación y la rabia.

La masacre en “La Brocheta” no solo arrebató la vida de dos trabajadores inocentes: es un recordatorio brutal de que Poza Rica está sitiada, y la ciudadanía, abandonada.


Redacción Reportaje Veracruzano

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