El fin de un símbolo flotante: comienza el desmantelamiento de “El Atracadero”, el restaurante que encalló en Coatzacoalcos

Coatzacoalcos, Ver., 29 de octubre de 2025. — Once días después de que el restaurante flotante “El Atracadero” encallara sorpresivamente en las playas de Coatzacoalcos, comenzaron oficialmente los trabajos para desmantelar la imponente estructura de 15 toneladas, que se había convertido en una curiosa atracción para porteños y visitantes.
Lo que durante días fue una imagen insólita —una embarcación de madera varada frente al Golfo de México— hoy se transforma en una operación técnica y logística de precisión, coordinada bajo la supervisión de la Secretaría de Marina (SEMAR) y un equipo de especialistas en carpintería.
De emblema turístico a tarea de rescate
El encargado del operativo, Trinidad Fernández Manuel, líder de la brigada de carpinteros que realiza el desmonte, confirmó que las maniobras iniciaron con la remoción del techo, el piso y los costados de la estructura, además del retiro de los flotadores que mantenían a flote la plataforma.

Fernández detalló que todo el material recuperado será trasladado vía terrestre hacia el municipio de Tuxpan, de donde provenía originalmente la embarcación, con el propósito de reconstruir el restaurante en su lugar de origen una vez concluida la fase de desmontaje.
“Estamos cuidando cada pieza, cada tabla, para que pueda reutilizarse. Lo importante es que no quede rastro de contaminación en la playa”, aseguró el responsable de la operación.
Una operación meticulosa y sujeta al clima
El trabajo, que involucra a nueve obreros y carpinteros, algunos de ellos originarios del propio Coatzacoalcos, depende en gran medida de las condiciones meteorológicas, pues los vientos del norte y el oleaje del Golfo complican las labores.
Las herramientas utilizadas son estrictamente de carpintería: taladros, martillos y barras de acero, además de equipos de protección personal como guantes y lentes industriales. La Seguridad de Marina mantiene la vigilancia permanente en el perímetro, para evitar riesgos y mantener alejados a los curiosos que durante días se acercaban para fotografiar la estructura.
Cuidar la playa: prioridad ambiental
Uno de los puntos más importantes de la operación es la limpieza total del área costera, donde los trabajadores deberán retirar restos de fibra de vidrio y poliuretano, materiales que, según Fernández, no son contaminantes, pero deben ser manejados con precaución para evitar que se dispersen en la arena.
El perímetro de seguridad se amplió para proteger a los bañistas y curiosos, ya que el barco encallado se convirtió en un imán turístico improvisado, generando incluso aglomeraciones durante los primeros días tras su arribo.
Un viaje inesperado de cientos de kilómetros
“El Atracadero”, originalmente anclado en el río Tuxpan, fue arrastrado por la corriente tras un desbordamiento provocado por las intensas lluvias recientes. A la deriva, la estructura navegó cientos de kilómetros hasta quedar varada frente al litoral de Coatzacoalcos, en un hecho que muchos calificaron como una “hazaña de la naturaleza” y otros como “un símbolo del abandono portuario”.
Hoy, mientras los martillos y taladros resuenan sobre lo que queda del emblemático restaurante flotante, “El Atracadero” comienza su viaje de regreso, no ya impulsado por las corrientes del Golfo, sino por una operación cuidadosamente planificada que busca rescatar su historia y, quizás, darle una segunda vida en su tierra natal.
Redacción Reportaje Veracruzano



