CorrupciónEstatalInvestigación EspecialNoticiasReportajesVeracruz

Exposición, abuso y silencio: trabajadores de la SSP de Veracruz denuncian condiciones indignas en operativos de limpieza

Por Marco Antonio Palmero Alpírez
Reportaje VeracruzanoBajo órdenes improvisadas, sin viáticos, sin equipo y sin respaldo institucional, empleados de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz (SSP) fueron enviados a los municipios de Álamo, Poza Rica y Castillo de Teayo para participar en operativos de limpieza tras las recientes inundaciones.
Pero las condiciones en las que fueron movilizados —según múltiples testimonios obtenidos por Reportaje Veracruzano— rozan lo inhumano.

Bajo órdenes improvisadas, sin viáticos, sin equipo y sin respaldo institucional, empleados de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz (SSP) fueron enviados a los municipios de Álamo, Poza Rica y Castillo de Teayo para participar en operativos de limpieza tras las recientes inundaciones.
Pero las condiciones en las que fueron movilizados —según múltiples testimonios obtenidos por Reportaje Veracruzano— rozan lo inhumano.

“Nos mandaron como si fuéramos voluntarios, sin oficio de comisión, sin comida, sin agua y sin equipo. Nos dijeron que lleváramos nuestros propios refrigerios”, denunció uno de los participantes, cuya identidad se reserva por motivos de seguridad.

El personal fue citado durante la madrugada en el Centro de Estudios e Investigación en Seguridad (CEIS), ubicado en El Lencero, municipio de Emiliano Zapata. La convocatoria llegó apenas con horas de anticipación. “Tuvimos que cubrir nuestro transporte —más de 200 pesos por persona—, y nadie se hizo responsable”, detalló otro trabajador.

Una vez en la zona afectada, los empleados fueron asignados a tareas de limpieza de calles, espacios públicos y zonas inundadas, sin guantes, sin botas de hule, sin mascarillas ni impermeables. Algunos reportaron haber trabajado directamente en aguas contaminadas, con residuos sólidos, heces, lodo, moho y fauna urbana, exponiéndose a infecciones respiratorias, cutáneas y gastrointestinales.

Sin equipo, sin protección, sin respaldo

Las labores fueron coordinadas por la Subsecretaría de Logística, encabezada por el Capitán Rafael Martínez Cisneros, con la participación de la Mtra. Miriam Guadalupe Abundio del Ángel, gerente de Acreditación; la delegada administrativa Bárbara Gamboa Mancilla; la enlace jurídico Irma Elizabeth Ramírez Alonso, y el secretario particular Santiago Alejandro Platas Santos.

Según los denunciantes, ninguno de ellos emitió oficios de comisión, lineamientos operativos o medidas de seguridad. “Nos lanzaron al campo sin respaldo legal, sin seguro médico especial y sin cobertura de gastos. Todo fue verbal, improvisado, y bajo amenaza de sanción si no acudíamos”, señalaron.

Contradicción y violación institucional

El operativo contraviene las Condiciones Generales de Trabajo del Poder Ejecutivo del Estado de Veracruz, las cuales obligan a garantizar la integridad física y administrativa de los servidores públicos durante cualquier desplazamiento.
Aun así, el personal fue movilizado sin viáticos, sin alimentación y sin recursos básicos, una práctica que, de confirmarse, constituiría una violación directa a la normatividad laboral y a los principios de seguridad ocupacional.

“Nos expusieron a riesgos biológicos y químicos. Nadie se preocupó por nuestra salud. No somos soldados ni voluntarios, somos empleados civiles que merecemos respeto y condiciones dignas”, expresaron los trabajadores.

Sobrecarga y colapso emocional

Además de las tareas de campo, los empleados debieron continuar cumpliendo con sus funciones administrativas, preparando reportes y documentación institucional. “Nos exigían avanzar con los expedientes al mismo tiempo que paleábamos lodo y basura. Era inhumano”, relataron.

El resultado: agotamiento físico, estrés extremo y un profundo sentimiento de desamparo. Algunos reportaron lesiones menores y síntomas de infección sin que la SSP proporcionara atención médica.

El costo de la obediencia

La Secretaría de Seguridad Pública, encargada de hacer cumplir la ley, enfrenta ahora acusaciones de haber violentado los derechos laborales de su propio personal. Lo ocurrido en Poza Rica, Álamo y Castillo de Teayo exhibe una realidad que trasciende la anécdota: una estructura burocrática que exige obediencia ciega, incluso a costa de la salud de quienes la sirven.

Hasta el momento, la SSP no ha emitido ningún posicionamiento oficial sobre las denuncias ni sobre la actuación de los funcionarios involucrados.

El silencio institucional pesa más que el lodo en el que se hundieron los trabajadores.


Redacción Reportaje Veracruzano

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba