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SIGUE LA INCERTIDUMBRE EN POZA RICA: SIN RASTRO DE LOS DOS FUTBOLISTAS SECUESTRADOS TRAS PERSECUCIÓN ARMADA

Por Redacción Reportaje Veracruzano
Poza Rica, Ver.– Han pasado más de 48 horas desde el violento “levantón” que sacudió a Poza Rica el pasado sábado, y hasta el momento no hay rastro de los dos jóvenes futbolistas del equipo Super Star que fueron privados de la libertad por un comando armado en pleno campo deportivo de la colonia Lázaro Cárdenas.

Pese al operativo masivo desplegado por fuerzas federales y estatales, que incluyó persecuciones, detonaciones y la localización de una camioneta blindada Volkswagen Tiguan abandonada en Paso de Pital, las autoridades guardan silencio y la incertidumbre entre familiares y amigos crece con el paso de las horas.

Fuentes de seguridad confirmaron que la persecución se extendió desde la zona urbana de Poza Rica hasta caminos rurales de Tihuatlán. Durante el operativo, los agresores lanzaron ponchallantas a la altura de “La Roquita” y el kilómetro 6, logrando dañar tres patrullas que los seguían.
Frente a la plaza comercial Gran Patio, se aseguró un vehículo Sentra blanco, aparentemente utilizado por parte del grupo armado, el cual fue abandonado en la huida.

Los secuestrados fueron identificados de manera extraoficial como el patrocinador del equipo Super Star y su asistente, ambos originarios de Poza Rica, conocidos en el ambiente deportivo local. Hasta el cierre de esta edición, sus familias no han recibido comunicación alguna y las corporaciones policiales mantienen un hermetismo absoluto sobre los avances de la investigación.

Mientras tanto, en la región petrolera el miedo vuelve a apoderarse de la población. Los campos deportivos lucen vacíos, y los vecinos de la colonia Lázaro Cárdenas aseguran que la presencia policiaca llegó tarde y la reacción fue desorganizada, pese a que los hechos ocurrieron a plena luz del día y frente a decenas de testigos.

El episodio —uno más en la escalada de violencia que golpea al norte de Veracruz— ha exhibido nuevamente la fragilidad del control territorial y el fracaso del discurso oficial de “seguridad y gobernabilidad”.

Los ciudadanos se preguntan qué tan profundo es el colapso institucional si ni siquiera los espacios recreativos ni los deportistas locales están a salvo, mientras los grupos criminales actúan con total impunidad y superioridad táctica ante fuerzas federales.

La exigencia es clara: aparición con vida de las víctimas, resultados en la investigación y responsabilidad política frente a un estado donde la violencia ya no es noticia, sino rutina.

Poza Rica —la otrora ciudad de oro negro— vive hoy días de plomo y silencio, en un escenario que se asemeja más a una zona de guerra que a una región en paz.

Redacción Reportaje Veracruzano

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