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GUERRA EN LA MONTAÑA: UNA BALACERA CRUZÓ DE PUEBLA A VERACRUZ, DEJÓ MUERTOS… Y EL GOBIERNO CALLA

Mariano Escobedo, Ver.— La violencia irrumpió a paso de convoy blindado en la zona serrana. Una persecución armada que comenzó en las montañas de Atzizintla, Puebla, avanzó como una ola de fuego hacia territorio veracruzano y terminó por convertir los caminos rurales de Texmola y Mariano Escobedo en un campo de guerra.

El saldo: varias personas sin vida, vehículos artesanales artillados asegurados, un operativo militar de alto nivel… y un silencio institucional tan estruendoso como los disparos que retumbaron en la sierra.

Una refriega que cruzó fronteras

Todo inició en la comunidad de Paso Carretas, en Atzizintla, Puebla, donde elementos del Ejército Mexicano interceptaron varias camionetas de color blanco, equipadas con blindaje artesanal y estructura artillada, presuntamente utilizadas por un grupo delictivo que opera en la zona limítrofe de ambos estados.

Lo que siguió fue una persecución brutal entre cerros, brechas y caminos de terracería. Los agresores huyeron hacia territorio veracruzano, mientras las fuerzas federales y estatales —Sedena, Marina, SSP y Guardia Nacional— intentaban cerrar la ruta.

El fuego terminó en Texmola… pero la verdad sigue oculta

El intercambio de disparos se prolongó hasta la comunidad de Texmola, en Mariano Escobedo, donde la refriega concluyó con varios presuntos delincuentes abatidos. El número exacto, sin embargo, permanece bajo un hermetismo absoluto.

No se habla de heridos.
No se habla de detenidos.
No se habla de armas aseguradas.
El gobierno simplemente no habla.

Operativo masivo y escuelas cerradas

Tras el enfrentamiento, las corporaciones desplegaron un operativo de cierre y rastreo en la zona boscosa del Parque Nacional Pico de Orizaba. Por la magnitud del operativo y el temor generado en la población, maestros de Mariano Escobedo, Texmola y Lomas Grande anunciaron la suspensión de clases para este miércoles.

La vida escolar se detuvo porque el Estado no puede garantizar lo elemental: la seguridad en su propio territorio.

Peritos, cuerpos y un silencio que pesa

Personal de la FGE, con sedes en Orizaba y Córdoba, se trasladó hasta la zona para levantar los cuerpos, procesar la escena y asegurar las unidades blindadas. Los cadáveres serán llevados al Semefo Regional de Orizaba para su identificación.

Pero mientras los peritos recogen casquillos, el gobierno recoge silencio.

Ni la Fiscalía General del Estado ni el Gobierno de Veracruz han emitido algún posicionamiento oficial.
Ninguna cifra.
Ninguna explicación.
Ninguna versión institucional de una persecución que involucró fuerzas federales, dejó muertos y detonó pánico en la sierra.

Una montaña bajo fuego y un gobierno bajo sospecha

El mensaje es brutal:
La violencia en la zona serrana no solo existe, avanza y cruza límites estatales sin resistencia.

La pregunta es igual de brutal:
¿Por qué las autoridades callan ante un operativo de esta magnitud?

El silencio oficial no oculta la balacera.
Solo confirma lo que la población lleva años diciendo:
en la montaña, la violencia no se combate… se administra.

Redacción Reportaje Veracruzano

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