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Álamo agoniza tras la inundación, pero el gobierno acelera el saqueo: Tránsito, Marina y Policía Estatal montan operativo recaudatorio para exprimir a un pueblo siniestrado

Álamo Temapache, Ver., 19 de noviembre de 2025.– Ni el lodo, ni la devastación, ni el dolor de cientos de familias han sido suficientes para detener la voracidad oficial. En plena contingencia por la reciente inundación que dejó al municipio en ruinas, el Ayuntamiento ha activado lo que ciudadanos describen como un operativo recaudatorio salvaje, disfrazado de “orden vial”, pero que opera como un asalto institucionalizado contra quienes hoy tienen menos que nunca.

El responsable directo del despliegue es Luis Meraz Torres, recién designado director de Tránsito y Vialidad de Álamo, cuya llegada no trajo orden ni apoyo, sino una cacería de motociclistas en un municipio donde la prioridad debería ser rescatar, no recaudar.

Un operativo de fuerza en un pueblo indefenso

El operativo reúne a Tránsito Municipal, Policía Estatal, Marina y diversas grúas, con más de ocho elementos estatales motorizados recorriendo calles aún marcadas por el agua y la destrucción. Su objetivo es uno:
retener y enviar al corralón toda moto sin documentos, sin importar que:

  • Los papeles se perdieron o se dañaron por la inundación.
  • Las motos quedaron siniestradas por la misma emergencia.
  • Muchos ciudadanos compraron motos nuevas para poder volver a trabajar tras perderlo todo.

En Álamo, hoy, no hay tolerancia para el pueblo, pero sí tolerancia para el abuso.

Un municipio en desastre… y un gobierno ocupado en cobrar

Mientras familias enteras limpian escombros, piden alimentos y buscan reconstruir sus casas, la orden que se ejecuta es otra: llenar corralones, extender multas y usar el desastre como ventana de oportunidad para exprimir a la población.

Luis Meraz Torres encabeza el operativo sin contemplación.
La alcaldesa por Morena Blanca Lilia Arrieta, a 42 días de entregar el poder, permite —y según ciudadanos, impulsa— esta última maniobra de recaudación acelerada.

La emergencia no detuvo al gobierno.
La tragedia no frenó el negocio.

La pregunta que retumba en Álamo

¿Por qué, en una de las peores crisis que ha vivido el municipio, un operativo de fuerza pública se usa para castigar al ciudadano y no para ayudarlo?

¿Quién autorizó este despliegue?
¿Quién se beneficia de los arrastres, multas y cuotas?
¿Por qué Marina y Policía Estatal operan al servicio de un Ayuntamiento señalado por abusos?

Ninguna respuesta.
Ninguna explicación.
Solo la misma maquinaria de siempre: autoridad, grúas, corralones y dinero.

El último zarpazo antes de irse

Con el mandato de Lilia Arrieta a punto de concluir, este operativo luce —según la percepción popular— como el último gran saqueo, un cierre ignominioso que confirma lo que muchos denunciaron durante tres años:
que en Álamo, la administración municipal nunca gobernó… solo cobró.

Mientras la gente intenta rescatar recuerdos de entre el lodo, el gobierno intenta rescatar hasta el último peso.

Álamo Temapache no solo está inundado.
Está abandonado, traicionado y saqueado por quienes debieron protegerlo.

Redacción Reportaje Veracruzano

Foto: Juan Javier Roldan

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