Terror en Tuxpan: ejecución múltiple dentro del Hotel El Dorado exhibe el colapso de la seguridad en el norte de Veracruz

Tres personas asesinadas y dos heridas a plena luz del día revelan la descomposición que carcome a un puerto que el gobierno insiste en llamar “seguro”
Por: Redacción
Tuxpan, Veracruz, 8 de octubre de 2025. – El reloj marcaba poco después de las cinco de la tarde cuando la violencia volvió a estallar en el corazón del norte veracruzano. En el interior del Hotel El Dorado, situado sobre la avenida Cuitláhuac, en la colonia Azteca, un comando armado irrumpió sin piedad y ejecutó a tres personas, dejando además a dos más gravemente heridas.
El eco de las detonaciones se mezcló con los gritos de huéspedes y empleados que corrieron buscando refugio. En cuestión de segundos, la fachada del hotel se convirtió en una escena de guerra, con cuerpos ensangrentados, casquillos percutidos y un silencio sepulcral que, de nuevo, volvió a desnudar la fragilidad del sistema de seguridad estatal.
Una ejecución planeada, no un “hecho aislado”
Fuentes cercanas a la investigación revelaron a Reportaje Veracruzano que los agresores ingresaron directamente a los cuartos donde se encontraban sus objetivos, disparando de manera selectiva y certera. La precisión del ataque sugiere que las víctimas estaban previamente identificadas, descartando cualquier teoría improvisada de un “enfrentamiento casual” como suelen justificar las autoridades.
A pesar del despliegue posterior de policías municipales, estatales, elementos de la Marina y personal de la Fiscalía, ninguno de los agresores fue detenido. El operativo llegó tarde, cuando los sicarios ya habían desaparecido entre las calles de la colonia Azteca, una zona conocida por su movimiento nocturno y su cercanía con rutas de salida rápida hacia la carretera federal Tuxpan–Poza Rica.
Un puerto bajo fuego y silencio oficial
Este nuevo ataque ocurre en un contexto de creciente violencia en Tuxpan, municipio que en los últimos meses ha registrado ejecuciones, desapariciones y extorsiones, pese al discurso oficial de que “la situación está controlada”. Lo ocurrido en el Hotel El Dorado rompe nuevamente esa narrativa de papel: la violencia ha dejado de ser episódica para convertirse en estructural.
Mientras la Fiscalía estatal guarda silencio sobre los móviles del ataque, la población vive bajo un miedo constante. Comerciantes consultados expresaron su indignación:
“Ya no se puede trabajar tranquilo, ni salir con la familia. Aquí todos saben quiénes mandan, menos las autoridades”, denunció un vecino de la zona que pidió el anonimato por temor a represalias.
Un patrón que se repite y una autoridad que calla
Tuxpan se ha convertido en punto estratégico para el crimen organizado: su puerto, sus carreteras y su conexión con el corredor petrolero lo hacen territorio disputado. Sin embargo, la respuesta institucional sigue siendo la negación, con boletines que repiten la fórmula del “hecho aislado” y ninguna detención efectiva.
El asesinato múltiple en el Hotel El Dorado es un mensaje, una advertencia que deja en evidencia la descomposición de la seguridad pública y la infiltración criminal en sectores que deberían estar blindados. Mientras tanto, los tuxpeños solo ven pasar los cuerpos, los operativos mediáticos y las promesas vacías.
En la morgue del puerto, tres familias lloran en silencio. Afuera, los sobrevivientes del atentado luchan por su vida. Y en los despachos del poder, la violencia vuelve a ser un expediente más archivado entre comunicados y cifras maquilladas.
Tuxpan arde… y Veracruz sigue mirando hacia otro lado.
Redacción Reportaje Veracruzano