El Huachicol Fiscal: El Saqueo Familiar que Desnuda la Farsa de la «Cuarta Transformación»

En las sombras de las aduanas militarizadas, donde la Marina prometió blindar las fronteras contra el crimen, se ha destilado un veneno fiscal que ha evaporado 600 mil millones de pesos del erario público: el «huachicol fiscal», un Frankenstein del robo de combustibles que mutó de ductos clandestinos a importaciones fantasmas de gasolina disfrazada de lubricantes y alcoholes. Y en el epicentro de esta alquimia delictiva, late el nombre de Andrés Manuel López Beltrán –»Andy», el hijo predilecto del mesías tabasqueño–, un heredero que, bajo el manto de la impunidad familiar, parece intocable. ¿Es esto el colapso inevitable de un régimen que vendió pureza mientras sus apóstoles ordeñaban la nación?
El escándalo, que estalló en septiembre con denuncias del panista Federico Döring ante la FGR, pinta un tapiz de complicidad que hiela la sangre: 18 millones de litros de diésel incautados en buques como el Challenge Procyon y el Torm Agnes, operados por redes ligadas a empresarios como Roberto Blanco Cantú –»El Señor de los Buques»–, y protegidos por exmarinos y burócratas de Morena. Pero el hilo conductor apunta directo al corazón de la dinastía López: Andy, su hermano Gonzalo «Bobby» y José Ramón «Panzón», incluidos en tres amparos colectivos tramitados el 16 de septiembre –Día de la Independencia, ironía suprema– contra detenciones, incomunicaciones o «desapariciones forzadas» por huachicol fiscal. Expedientes 1446/2025 (Tabasco), 2098/2025 (Zacatecas) y 1728/2025 (CDMX), firmados por abogados como Francisco Javier Rodríguez Smith Macdonald –defensor de capos como Caro Quintero–, que suspendieron de plano cualquier orden de aprehensión.
¿Coincidencia? Andy lo niega todo en un comunicado de Instagram: «Montaje orquestado por adversarios políticos», una «campaña de desprestigio» contra su padre, el eterno redentor. Luisa Alcalde, jefa de Morena, corea el guion: «Calumnias del PRIAN», exigiendo ética periodística mientras evade el abismo de la duda. Claudia Sheinbaum, en su mañanera del 12 de noviembre, lo despacha como «pura politiquería», pero ¿y si el mensaje oculto, como sugiere Héctor de Mauleón, es una advertencia mafiosa a los hijos del caudillo: «Cállense o los arrastramos al fango»? Uno de los amparos ya fue desechado por falta de firmas –un tecnicismo que huele a cortina de humo–, pero los otros duermen en juzgados, blindando a figuras como Fernando Farías Laguna (sobrino del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda) y «El Capitán Sol», Miguel Ángel Solano Ruiz, exmarino con orden de captura pendiente.
La red se expande como metástasis: Adán Augusto López Hernández, el «tío» de la 4T, señalado como cerebro de «La Barredora» –brazo armado del CJNG que extorsiona aduanas–, y cómplice en el huachicol vía sobrinos y empresas tabasqueñas. Mario Delgado, líder de Morena; Audomaro Martínez, exjefe de aduanas; y Milark Olan, empresario tabasqueño arrestado en octubre por transferencias millonarias a la red. ¿Y los militares? La Marina, que controla puertos desde 2019, decomisó buques en octubre que delataron la ruta: EE.UU. envía combustible «limpio», México lo lava fiscalmente, y el botín –equivalente a 37 hospitales o 7,400 km de caminos rurales– se evapora en bolsillos blindados. Fuentes de la DEA, según videos virales, ya tienen el expediente completo; ¿cuándo extraditan al «rey del huachicol»?
En X, la indignación hierve: «¿Por qué persiguen a Salinas por 74 mil millones mientras Andy y la Barredora ríen libres?» Usuarios como @BotDe20Millones listan el rosario: 600 mil millones en huachicol, 16 mil en Segalmex, 400 en Conacyt, sobreprecios en megaproyectos fallidos. «¿Nadie por encima de la ley, Monreal?», increpan a senadores morenistas, que celebran fallos contra evasores ajenos pero callan ante el festín familiar. Andy reaparece el 5 de noviembre en Sinaloa, presumiendo «su último esfuerzo del año» en medio de balaceras que dejan 10 muertos –un contraste grotesco con el pueblo que mastica tortillas sin carne.
¿Hasta cuándo la FGR, esa fiscalía «autónoma» que duerme bajo el yugo de Palacio, fingirá amnesia? ¿Investigará Sheinbaum, que hereda esta podredumbre, o perpetuará el evangelio del saqueo? El huachicol fiscal no es un «accidente»: es la doctrina de un populismo vampírico que prometió «primero los pobres» mientras sus príncipes se bañan en whisky importado. México, cómplice en su silencio por migajas sociales, observa el derrumbe. La máscara ha caído; ¿quién encenderá la antorcha? La profecía negra se cumple: no hay resurrección para un templo construido sobre mentiras y petróleo robado.
Redacción Reportaje Veracruzano



