Las recientes protestas convocadas por el movimiento Generación Z en distintas ciudades del país y del estado de Veracruz volvieron a encender el debate público. Mientras colectivos juveniles denunciaron inseguridad y exigieron acciones más firmes, la gobernadora Rocío Nahle García atribuyó las movilizaciones a grupos opositores inconformes con los resultados electorales del 1 de junio de 2024.
En declaraciones este lunes, la mandataria estatal sostuvo que detrás de estas marchas “hubo una oposición que no ganó en las urnas” y que busca influir mediante campañas mediáticas de desinformación. No obstante, reiteró que en Veracruz la libertad de expresión y de creencias está garantizada.
Libertad de expresión, pero con límites claros
Nahle afirmó no estar en contra de las manifestaciones, siempre y cuando se desarrollen de manera pacífica. Señaló que, en su opinión, algunas consignas derivaron en expresiones ofensivas, aunque enfatizó que un gobernante debe enfrentar críticas sin perder el rumbo.
“Los derechos de unos no pueden pasar por encima de los derechos de otros”, remarcó.
Acusaciones de influencia externa y “golpe blando”
La gobernadora aseguró que ciertos sectores buscaron desestabilizar al Estado mexicano, incluso con consignas provenientes del extranjero. Puso como ejemplo mensajes vistos en la Ciudad de México que, según dijo, representan una postura extrema y contraria al país.
Asimismo, introdujo el concepto de “golpes blandos”, mecanismo que describió como una estrategia de difamación y calumnia destinada a erosionar gobiernos sin recurrir a la fuerza militar. En este contexto, señaló que tanto ella como la presidenta Claudia Sheinbaum han sido blanco de narrativas que considera manipuladas.
Una de estas controversias recientes fue el aumento salarial incluido en el proyecto de Presupuesto de Egresos 2026, el cual —afirmó— forma parte de un incremento escalafonario para trabajadores de confianza. Indicó que, aun con ese ajuste, es la gobernadora número 27 en nivel de percepciones del país.
Medios, narrativa y oposición
Para Nahle, ciertos medios elevaron un tema menor al debate nacional, lo que calificó como un ejemplo de manipulación informativa. Mencionó casos como el del asesinato del alcalde Carlos Manzo, donde —dijo— se generó una narrativa que corresponde a un estilo de presión política.
También acusó a grupos económicos con presencia mediática de incitar a un “golpe blando”, y apuntó que Morena mantiene fortaleza política gracias al respaldo social en Veracruz.
Generación Z: debate sobre el rol juvenil
En otro punto de sus declaraciones, la gobernadora contrastó el tratamiento que gobiernos anteriores dieron a los jóvenes —“ninis”, dijo que los llamaban— con el impulso actual a programas laborales. Aseguró que la “verdadera generación Z” participa ahora en acciones comunitarias en Poza Rica y Álamo, con empleos en limpieza, jardinería y embellecimiento urbano.
Un debate abierto
Las afirmaciones de Nahle reavivan un debate complejo donde convergen juventud, protesta social, seguridad, polarización política y libertad de expresión.
Mientras el gobierno estatal atribuye las movilizaciones a intereses opositores y denuncia campañas de desinformación, los colectivos convocantes mantienen su postura: exigen mayor seguridad y acciones concretas.
Lo que queda claro es que las manifestaciones de la Generación Z seguirán siendo un termómetro social y político en un país donde las calles y las redes se han convertido en escenarios centrales del debate público.
Redacción Reportaje Veracruzano
