Abandonado tras la tortura: un joven repartidor es asesinado en la oscuridad de Acayucan

Acayucan, Ver.— La violencia volvió a manifestarse con crudeza en el sur de Veracruz. La madrugada de este martes, el cuerpo sin vida de un joven de apenas 22 años fue abandonado en un callejón del barrio Tamarindo, luego de haber sido sometido a una brutal tortura, en un hecho que ha conmocionado a vecinos y reavivado la preocupación por la escalada de crímenes de extrema violencia en la región.
El hallazgo ocurrió en el callejón Chapultepec, entre las calles Manuel Acuña y Juan de Dios Peza, donde habitantes relataron haber escuchado el frenón repentino de un vehículo. Instantes después, algo fue arrojado al pavimento. No era basura ni un objeto: era un cadáver.
Al percatarse de la gravedad de la escena, los vecinos solicitaron de inmediato el apoyo de los cuerpos de emergencia. El joven presentaba múltiples golpes en el rostro y claras huellas de tortura, sin lesiones provocadas por arma de fuego o arma blanca, lo que apunta a un ataque prolongado y deliberado.
Paramédicos de Protección Civil de Acayucan acudieron al sitio e intentaron brindarle los primeros auxilios, pero solo pudieron confirmar que ya no contaba con signos vitales.
La víctima fue identificada como José Antonio Hernández, de 22 años de edad, con domicilio en la colonia Antorchista, sobre la carretera Acayucan–Congregación Hidalgo. Era conocido por vecinos y clientes como “El Ñoño”, y se dedicaba a repartir mandados en motocicleta, una actividad cotidiana y aparentemente ajena a cualquier entorno criminal.
El área fue acordonada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Secretaría de Marina, esta última en funciones de Policía Municipal, mientras autoridades ministeriales realizaron las diligencias correspondientes e iniciaron la carpeta de investigación para esclarecer el homicidio.
Posteriormente, el cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para la necropsia de ley, en espera de ser reclamado por sus familiares.
El asesinato de José Antonio no solo deja una familia rota y una comunidad indignada; deja también una pregunta que se repite con insistencia en Acayucan: ¿quiénes están detrás de estos actos de violencia extrema y por qué siguen operando con tal impunidad? La respuesta, una vez más, sigue pendiente.
Redacción Reportaje Veracruzano



