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AGUINALDO SECUESTRADO: AGUA DULCE ESTALLA Y EL SILENCIO DEL PODER DELATA

Noé Castillo incumple la ley, los trabajadores toman el Palacio y Rocío Nahle observa sin pronunciarse

AGUA DULCE, VER.— La protesta no fue espontánea ni exagerada: fue inevitable. Trabajadores de distintas áreas del Ayuntamiento de Agua Dulce tomaron este martes el Palacio Municipal tras meses —y años— de incumplimientos que hoy rebasaron el límite. El detonante fue el mismo de siempre, pero ya insoportable: el no pago de aguinaldos, quincenas y prestaciones, una obligación legal que el alcalde Noé Castillo Olvera ha convertido en promesa vacía.

El mensaje de los trabajadores fue directo y sin eufemismos: no aceptan vales, no aceptan “apoyos”, no aceptan simulaciones. Exigen su dinero en efectivo, como manda la ley. Porque el aguinaldo no es una dádiva, es un derecho laboral irrenunciable, y retenerlo constituye una violación grave que ningún discurso administrativo puede maquillar.

Mientras en el Ayuntamiento se ensayan pretextos, en los hogares de los trabajadores falta lo elemental: renta, comida, medicinas. Y desde el poder se intenta revivir una práctica que Veracruz ya padeció y repudió: sustituir salario por papelitos, vales o bonos, mientras el dinero real desaparece del radar público.

POLICÍAS SIN PAGO, CIUDAD SIN SEGURIDAD

La crisis escaló a un nivel crítico. Policías municipales —quienes sostienen la seguridad cotidiana— amenazan con irse a huelga ante la falta de pago de su aguinaldo y de la última quincena. Agua Dulce corre el riesgo de quedar sin vigilancia no por el crimen, sino por la irresponsabilidad financiera de su propio gobierno.

Los adeudos no son coyunturales ni aislados. Se arrastran desde 2024 y se acumulan en 2025:

Incentivos pagados a medias

Quincenas con retrasos sistemáticos

Prestaciones funerarias incumplidas

Apoyos de lentes cancelados

Jubilaciones sin pagar

Jubilados sin última quincena ni aguinaldo

Todo ello bajo una opacidad total, con un alcalde que promete y no cumple, y un aparato municipal incapaz —o renuente— a rendir cuentas claras.

NAHLE: EL SILENCIO TAMBIÉN GOBIERNA

Aquí el problema deja de ser estrictamente municipal. La gobernadora Rocío Nahle García no puede alegar desconocimiento. El conflicto es público, documentado y creciente. Cuando un ayuntamiento incumple derechos laborales, el asunto escala a responsabilidad estatal. El silencio del gobierno de Veracruz ya no es neutralidad: huele a complicidad.

La ley es inequívoca: el aguinaldo debe pagarse en efectivo y en tiempo. No hacerlo genera responsabilidades administrativas, laborales e incluso penales para el alcalde y su tesorería. Pero también interpela al Ejecutivo estatal por su deber de vigilancia y control.

Los trabajadores lo dijeron con claridad:

No quieren gallinas.

No quieren vales.

Quieren su salario completo y en efectivo.

Las preguntas quedan abiertas y retumban en el Palacio tomado:

¿Dónde está el dinero de los trabajadores de Agua Dulce?

Gobernadora Nahle, ¿intervendrá para frenar este abuso o permitirá que se normalice?

Porque cuando el poder calla frente a la ilegalidad, el silencio también gobierna. Y hoy, en Agua Dulce, ese silencio pesa.

Redacción Reportaje Veracruzano

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