Cuando la patrulla levanta basura y la ciudad queda sin resguardo

Veracruz, Ver., 18 de diciembre de 2025.— En el puerto de Veracruz, la crisis municipal ya no se esconde en informes internos ni se maquilla con discursos: se ve en la calle. Patrullas de la Policía Municipal han comenzado a suplir a los camiones recolectores de basura, una postal que retrata con crudeza el colapso del parque vehicular del Ayuntamiento y la falta de planeación de la administración encabezada por la alcaldesa Patricia Lobeira Rodríguez.
La situación dejó de ser coyuntural. La mayoría de las unidades municipales se encuentra descompuesta, en talleres o simplemente inservible. Los pocos camiones de limpia pública que aún operan suelen averiarse a mitad de jornada, quedando abandonados en avenidas y colonias, mientras los residuos se acumulan durante días sin que haya una solución de fondo.
Ante el desbordamiento del problema, el Ayuntamiento recurrió a una medida tan improvisada como alarmante: utilizar unidades destinadas a la seguridad ciudadana para tareas de recolección de desechos. La escena fue captada a las afueras del Departamento de Limpia Pública, en la avenida Nicolás Bravo, en pleno Centro del puerto, donde patrullas municipales realizan labores que no les corresponden.
El mensaje que se envía a la ciudadanía es inquietante. Mientras aumentan los robos a bancos, joyerías y negocios, las patrullas dejan de recorrer calles y colonias para enfrentar una crisis que debió prevenirse con mantenimiento, inversión y gestión eficiente. La pregunta es inevitable: ¿quién cuida a Veracruz cuando los vehículos policiales están ocupados recogiendo basura?
El problema se agrava por el conflicto entre el Ayuntamiento y el sindicato de Limpia Pública, una disputa que ha tensado aún más una estructura operativa ya debilitada por años de abandono del parque vehicular. El resultado es una crisis doble: riesgo sanitario por la acumulación de residuos e inseguridad creciente por la distracción de recursos policiales.
La ciudadanía comienza a expresar su hartazgo: ¿Hasta dónde llegará esta improvisación? ¿Por qué se sacrifica la seguridad pública para intentar contener otro problema igualmente grave? ¿Por qué no hay respuestas claras ni soluciones estructurales?
Veracruz enfrenta hoy dos emergencias simultáneas que no deberían competir entre sí. Resolver una a costa de la otra no es gobernar, es administrar el colapso. Los veracruzanos no exigen milagros, exigen acciones inmediatas, planeación real y responsabilidad política antes de que la normalización del absurdo se convierta en regla.
Redacción Reportaje Veracruzano



