Ejecución de un fotógrafo en Córdoba: crimen sin respuestas, zona bajo miedo y una violencia que se normaliza

Córdoba, Veracruz.— La ejecución de Luis Enríquez Téllez Camarillo, fotógrafo de 36 años, asesinado a balazos al interior de su vivienda en la colonia Rincón del Bosque, no es un hecho aislado ni fortuito: es un nuevo eslabón en una cadena de violencia sostenida que se ha asentado en la zona centro de Veracruz bajo la mirada pasiva —cuando no ausente— de las autoridades.
El crimen ocurrió la noche del lunes en el andador 15 de la prolongación de la privada 40, un punto habitacional que, según testimonios vecinales recabados, ya había sido escenario de disparos al aire horas antes del homicidio, particularmente en las inmediaciones de las vías del ferrocarril. A pesar de esos reportes previos, no hubo presencia preventiva, ni patrullajes disuasivos, ni vigilancia a pie, como desde hace meses exigen los residentes.

Vecinos relataron haber escuchado múltiples detonaciones de arma de fuego, lo que activó llamadas de emergencia al 911. Cuando paramédicos llegaron al lugar, Luis Enríquez ya había muerto. No hubo persecución, no hubo detenidos, no hubo reacción inmediata más allá del protocolo habitual: acordonamiento, peritajes y traslado del cuerpo al SEMEFO.
La Fiscalía Regional abrió una carpeta de investigación, pero hasta ahora no existe una sola línea pública clara sobre el móvil del asesinato. No se ha informado si fue un ataque directo, una posible venganza, un error de objetivo o un crimen vinculado a dinámicas delictivas locales. El silencio institucional vuelve a ser el patrón.
Un contexto que agrava el crimen
La colonia Rincón del Bosque no es ajena a la inseguridad. Vecinos advierten que los disparos al aire se han vuelto recurrentes, incluso en horarios diurnos, en una zona donde operan un kínder y una escuela primaria, lo que incrementa la percepción de abandono y riesgo para menores de edad.
Este homicidio se suma a una serie de ejecuciones registradas en la región centro del estado, donde grupos criminales parecen moverse con alto grado de impunidad, sin que las estrategias de seguridad estatales logren contener la escalada. Patrullajes esporádicos, comunicados genéricos y promesas de coordinación no se han traducido en resultados tangibles.

La víctima: una vida truncada, un mensaje de terror
Luis Enríquez Téllez Camarillo no era un personaje público ni un actor político. Era un fotógrafo de eventos sociales, conocido en su entorno por su trabajo profesional. Su asesinato dentro de su propia vivienda envía un mensaje claro y brutal: nadie está a salvo, ni siquiera en su espacio más íntimo.
Preguntas que el Estado debe responder
— ¿Por qué no hubo reacción preventiva pese a los reportes previos de detonaciones?
— ¿Existen cámaras de videovigilancia funcionales en la zona?
— ¿Se investiga la posible presencia de células criminales operando en el sector?
— ¿Cuántos homicidios más se necesitan para reforzar vigilancia real y permanente?
Mientras estas preguntas siguen sin respuesta, una colonia está de luto, una familia ha sido devastada y una ciudad más se suma al mapa rojo de Veracruz.
La ejecución del fotógrafo en Córdoba no solo exige justicia para una víctima; expone la fragilidad de la seguridad pública, la normalización del miedo y la urgente necesidad de acciones que vayan más allá del discurso oficial. Aquí, una vez más, la violencia habló primero y el Estado llegó tarde.
Redacción Reportaje Veracruzano



