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IMSS Bienestar falla donde no puede fallar: desabasto criminal condena a niños con cáncer en Veracruz

Veracruz, Ver.— La improvisación, la mala planeación y una cadena de decisiones erráticas dentro del modelo IMSS Bienestar hoy tienen un rostro concreto y doloroso: niñas y niños con cáncer y enfermedades hematológicas que no reciben sus medicamentos a tiempo en la Torre Pediátrica de Veracruz. No se trata de un retraso administrativo menor, sino de una mala praxis institucional que está poniendo en riesgo vidas.

Madres de familia alzaron la voz ante lo que califican como un colapso en la compra y distribución de medicamentos, consecuencia directa del nuevo esquema federal que, lejos de garantizar abasto, ha generado vacíos críticos en áreas tan sensibles como la oncología y hematología pediátrica.

Yunuet Yazmín Segovia García, vocera de las madres de niños con cáncer, fue contundente: los tratamientos no se están cumpliendo conforme a los protocolos médicos, lo que compromete seriamente la recuperación —y en algunos casos la supervivencia— de los menores.

La denuncia es demoledora. No solo faltan medicamentos de alto costo, cuyo precio puede superar los 30 mil pesos, sino también fármacos básicos que cualquier sistema de salud funcional debería tener garantizados: paracetamol, antibióticos y analgésicos. La ausencia de estos insumos revela no una crisis aislada, sino un fracaso estructural.

En la Torre Pediátrica de Veracruz no solo se atiende cáncer infantil. Ahí reciben tratamiento menores con lupus, hemofilia y otros padecimientos hematológicos que, sin medicación oportuna, pueden derivar en hemorragias severas, recaídas graves o complicaciones irreversibles.

La lista de medicamentos ausentes es alarmante:
Factor 8, Hydrea, ácido tranexámico, Plaquenil, entre otros, simplemente no se surten como debería, pese a tratarse de tratamientos indispensables y no opcionales.

La pregunta que nadie en IMSS Bienestar responde es directa y brutal:
¿Quién asume la responsabilidad si un niño recaída, se agrava o muere por falta de medicamento?

Mientras en el discurso oficial se habla de un sistema de salud “más humano” y “mejor organizado”, en la realidad las madres peregrinan, los médicos improvisan y los niños esperan, con el tiempo —y la enfermedad— jugando en su contra.

Este no es un tema de presupuesto, es un tema de voluntad, capacidad y responsabilidad pública. Cada día sin medicamento es una sentencia que nadie firma, pero que todos permiten.

La crisis ya está documentada, denunciada y expuesta. Lo que falta ahora es que IMSS Bienestar deje de administrar excusas y empiece a garantizar tratamientos, porque en la Torre Pediátrica de Veracruz no se juega con cifras: se juega con la vida de niñas y niños.

Redacción Reportaje Veracruzano

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