OTRA VEZ EL INGENIO EL MODELO: ARRANCA LA ZAFRA… Y ARRASA CON LA VIDA EN LA LAGUNA CABANA
ÚRSULO GALVÁN, VER.— Como un ritual perverso que se repite año tras año, el inicio de la zafra 2025-2026 del Ingenio El Modelo vino acompañado de su “tradición” más infame: la mortandad masiva de peces en la Laguna Cabana, ubicada en la comunidad de Barra de Chachalacas. Un desastre ecológico anunciado que las autoridades conocen, los pescadores padecen y la empresa —propiedad del Grupo Porres— simplemente ignora.
La mañana de este jueves, el productor acuícola Ariel González Merino descubrió el mismo escenario que ha denunciado durante años: peces muertos dentro y fuera de las jaulas, flotando en un manto de agua contaminada. El inicio de la molienda del ingenio coincide, una vez más, con el vertimiento de desechos tóxicos directamente al cuerpo de agua.
El daño no es menor. González Merino reporta pérdidas millonarias, resultado de una muerte lenta y silenciosa provocada por sustancias que, según los propios pescadores, el ingenio descarga sin control cada temporada. La historia se repite: el ingenio produce, el río recibe, los peces mueren y los afectados cargan con la ruina.
Lo más grave es que no se trata de un caso aislado, sino de un patrón histórico que los habitantes de Barra de Chachalacas han denunciado una y otra vez. El Grupo Porres, dueño de El Modelo, ha logrado operar con una comodidad que solo puede explicarse por la ausencia —o tolerancia— de las autoridades ambientales. Cada ciclo de zafra significa un nuevo ecocidio, y cada ecocidio queda impune.
En teoría, la Dirección Municipal de Ecología de Úrsulo Galván “toma cartas en el asunto”. En la práctica, los pescadores aseguran que las denuncias se acumulan, los expedientes se engavetan y los daños jamás se reparan.
La pregunta es inevitable y devastadora:
¿Cuántos peces deben morir —y cuántas familias deben perderlo todo— para que la ley se aplique a una empresa que actúa como si el agua fuera su basurero personal?
El inicio de la zafra no debería ser una sentencia de muerte ambiental. Pero mientras las autoridades callen y el ingenio contamine, la Laguna Cabana seguirá siendo el cementerio que cada año revela la impunidad de un sistema que mira hacia otro lado.
Redacción Reportaje Veracruzano
