Poza Rica al límite: taxista es detenido por el presunto abuso sexual de una menor; la ciudad vuelve a fallar en la protección de sus niñas

Poza Rica, Ver.— La indignación no admite matices. La noche de este jueves, fuerzas de seguridad detuvieron a un conductor de taxi señalado por el presunto abuso sexual de una menor de apenas 13 años, en un hecho que vuelve a exhibir las grietas más dolorosas de la ciudad: la impunidad cotidiana, la laxitud en la vigilancia del transporte público y la vulnerabilidad de la infancia.
La intervención policial ocurrió sobre la calle Justo Sierra, en la colonia Las Vegas, tras un reporte ciudadano por movimientos sospechosos en una unidad de alquiler. Al arribar, los elementos aseguraron al sujeto para evitar su huida. De acuerdo con la información disponible, familiares de la menor la localizaron dentro del taxi, lo que detonó la acción inmediata de las autoridades.
El conductor quedó bajo resguardo y deberá ser puesto a disposición de la Fiscalía especializada, donde se iniciará el procedimiento legal correspondiente para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. La presunción de inocencia es un principio legal; la protección de la niñez, una obligación moral y constitucional.
La reacción social fue inmediata y contundente. Ciudadanos exigen castigo ejemplar, atención integral a la víctima y revisiones exhaustivas a concesiones, padrones y controles del transporte público. La pregunta que queda flotando es incómoda y urgente: ¿quién vigila a quienes tienen contacto diario con menores?
Poza Rica no puede normalizar el horror ni limitarse al trámite posterior. La justicia debe ser implacable, pero también preventiva. Porque cuando una niña es violentada, no falla un individuo solamente: falla el sistema entero.
Redacción Reportaje Veracruzano



