VERACRUZ, EN LA PUNTA DEL “CUADRO DEL HORROR”: LA REALIDAD DE HOMICIDIOS DESMIENTE EL “8º LUGAR MÁS SEGURO” DE ROCIÓ NAHLE

Xalapa, Ver. — La imagen oficial que circula en redes y que acompaña el reporte diario del Gobierno federal no deja lugar a dudas: al 1 de diciembre de 2025 Veracruz aparece, junto con Guanajuato, entre las entidades con más víctimas de homicidio reportadas ese día —4 casos—, según el tablero estatal-federal que resume las carpetas abiertas por las fiscalías. Este dato puntual choca de frente con la narrativa del primer informe de la gobernadora Rocío Nahle, que proclamó públicamente que Veracruz es “la octava entidad más segura del país” tras una reducción porcentual en la incidencia delictiva.
Lo que dice la gráfica oficial — y lo que no quiso ver el informe
La lámina que difunde el Gobierno federal (reporte diario de víctimas por homicidio) detalla, entidad por entidad, el número de víctimas registradas por las fiscalías; en la captura suministrada se observa claramente a Veracruz con 4 víctimas al inicio del mes, cifra que lo coloca en la punta del listado ese día. Es una fotografía puntual, pero políticamente incómoda: mientras el gobierno estatal anuncia avances y rankings favorables, la suma diaria registra violencia que nadie puede soslayar.

¿Reducción real o maquillaje estadístico?
La administración estatal, en su informe, sostiene una baja del 13.32% en la incidencia delictiva y se apoya en ese porcentaje para presentar a Veracruz como “más seguro”. Sin embargo, los recuentos acumulados y los reportes locales pintan otra realidad: medios y observatorios de la entidad documentan aumentos significativos en homicidios dolosos en 2025 frente a 2024 y registran cifras alarmantes como cientos de víctimas en lo que va del año, además de un incremento notable en asesinatos de policías. Eso sugiere discrepancias entre el discurso oficial y la vivencia cotidiana de violencia.
¿Por qué no cuadran los discursos? Tres hipótesis investigativas
- Periodos y comparativas distintas. Los voceros del gobierno usan tasas o porcentajes acumulados (periodos móviles) que pueden ocultar picos recientes; un “-13%” anual no exonera un repunte puntual en días clave. Los datos diarios del gabinete de seguridad son preliminares y muestran precisamente esos picos.
- Diferencias en metodología y alcance. El gobierno estatal puede reportar “incidencia” (delitos denunciados con clasificación propia) mientras que el tablero federal suma víctimas reportadas por fiscalías—no siempre coinciden en criterios ni en tiempos de captura.
- Gestión de la narrativa. Presentar una baja porcentual y un lugar “entre los más seguros” ofrece pantalla política durante el informe; empero, los conteos diarios y los acumulados periodísticos y de observatorios muestran que la violencia persiste y que la percepción ciudadana no cambia con slogans.
Lo que los números oficiales admiten — y lo que omiten

Es importante subrayar que las bases del Gobierno federal y del gabinete de seguridad aclaran que los reportes diarios son preliminares y están sujetos a la determinación jurídica de las fiscalías; sin embargo, esa condición no invalida que un estado figure con 4 víctimas en una sola jornada: es un hecho crudo que exige respuestas operativas, no solo discursos.
Preguntas que exigen respuesta inmediata (y que el informe no contestó)
- ¿Cómo se conjuntan exactamente las cifras que presentó la gobernadora con los conteos diarios de fiscalías que muestran picos de homicidios? ¿Qué periodos comparativos se usaron para el “-13.32%”?
- Si Veracruz figura con 4 víctimas en el reporte federal del 1 de diciembre, ¿qué acciones emergentes implementó la Secretaría de Seguridad del estado para contener ese repunte?
- ¿Por qué los mensajes de tranquilidad no se reflejan en las calles ni en las estadísticas acumuladas (medios locales y observatorios registran incrementos y decenas de policías asesinados en 2025)?
Conclusión — la contradicción que no se puede tapar con un informe
El primer informe de gobierno y sus titulares optimistas sobre seguridad chocan frontalmente con los conteos diarios que difunde el propio Estado nacional. Presentar a Veracruz como “la octava entidad más segura” mientras una diapositiva oficial muestra que, al comenzar diciembre, el estado figura entre los más sangrientos del país, no es una simple discrepancia técnica: es un problema político y de rendición de cuentas. La gobernadora y su gabinete deben explicar, con transparencia metodológica y medidas operativas comprobables, cómo creen reconciliar la retórica del informe con la realidad de víctimas que sigue acumulándose. Los veracruzanos merecen datos claros, acciones inmediatas y resultados tangibles —no titulares que contradi gan la evidencia.

Fuentes consultadas: reporte diario del Gobierno federal sobre víctimas por homicidio; coberturas del Primer Informe de la gobernadora Rocío Nahle; recuentos periodísticos y de observatorios locales sobre homicidios acumulados en Veracruz.
Redacción Reportaje Veracruzano



